Secretario del Vaticano dice ser víctima de “red de cuervos”
El número dos del Vaticano, el secretario de Estado Tarcisio Bertone, que será reemplazado en octubre, afirmó haber sido víctima de “cuervos y víboras”, según declaraciones recogidas por la prensa italiana.
Según medios italianos, Bertone hizo estas declaraciones el domingo a la salida de una ceremonia religiosa en Siracusa, en la isla italiana de Sicilia, después de que el sábado el Papa Francisco decidiera remplazarlo por el actual nuncio de Venezuela, el italiano Pietro Parolin.
“El balance de estos años yo lo veo positivo. Por supuesto ha habido muchos problemas, especialmente en los últimos dos años. Se han vertido sobre mí acusaciones. Una red de cuervos y víboras. Pero esto no debería oscurecer lo que considero un balance positivo”, dijo.
Algunos casos escaparon de nuestras manos, porque estaban
como “sellados”“Algunos casos escaparon de nuestras manos, porque esos problemas estaban como sellados al interior de la gestión de ciertas personas que no se ponían en contacto con el Secretario de Estado”, lamentó Bertone.
El cardenal Bertone, de 78 años, llegó al puesto de secretario de Estado en 2006, al ser nombrado por el Papa Benedicto XVI, junto al cual afrontó los escándalos que sacudieron a la Iglesia católica en los últimos años: pederastia, vatileaks y reformas financieras del Vaticano.
En un contexto de rivalidades e intrigas en las esferas del Vaticano, este salesiano fue acusado de errores de gestión, de favoritismo y de adoptar decisiones polémicas, aunque nunca se cuestionó su honradez.
El nombramiento de monseñor Parolin, de 58 años, que desde 2009 era nuncio (embajador del Vaticano) en Venezuela, ha tenido reacciones favorables. Parolin es descrito como un hombre “modesto, accesible, abierto y competente” por los periodistas que lo han frecuentado.
Parolin es un hombre de la diplomacia vaticana y políglota. Nació en 1955 en el pueblo italiano de Schiavon, entró a los 14 años al seminario, en la época en que la Iglesia se hallaba en plenos trastornos tras salir del Concilio Vaticano II. (EFE/AFP)