Santos notifica a las FARC que ataques cierran puertas a diálogo
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, notificó este jueves a la guerrilla de las FARC que ataques dinamiteros como los que esa agrupación lanzó hace una semana en varias regiones del país cierran las puertas a un eventual diálogo de paz.
"A los violentos les digo que no es con bombas ni matando inocentes como se puede abrir la puerta del diálogo. Haciendo eso, el efecto que (se) produce es totalmente contrario", advirtió Santos al instalar en Bogotá una jornada pública de balances con motivo de los primeros 18 meses de su gobierno.
El gobernante aludió a una arremetida de ataques que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) mantuvieron del miércoles al viernes de la semana pasada en tres regiones del suroeste del país y que dejó al menos 19 muertos y 76 heridos.
En su alocución, Santos recordó que al asumir su mandato de cuatro años en agosto de 2010 dijo que la puerta para un diálogo de paz no estaba cerrada con llave, y que solo con un desarme real de los espíritus, sobre cimientos perdurables, se podía avanzar hacia la paz deseada.
"A eso solo cabe agregar que la llave del diálogo está en mi bolsillo y que no permitiremos que nadie juegue con ella", agregó Santos, y reiteró su opinión de que "la mejor forma de ahuyentar la paz es hablando todo el tiempo del tema".
En este contexto, ratificó que "solo si se dan las condiciones, el presidente de la República, como legítimo responsable del orden público, abrirá esa puerta".
Asimismo, se afirmó en que el Ejecutivo colombiano no necesita de portavoces, sean nacionales o del exterior, para asumir un proceso de paz con los rebeldes.
"Muchas gracias, pero, por ahora, no (a portavoces). Todo en su momento", subrayó Santos, cuyo Gobierno asestó el pasado noviembre a las FARC el mayor golpe en el casi medio siglo de trayectoria armada de esta guerrilla.
Se trató de la muerte en combate de "Alfonso Cano", alias de Guillermo León Sáenz, el jefe máximo del grupo insurgente que perdió la vida a manos de militares en las montañas del departamento del Cauca (suroeste).