El canciller Serguei Lavrov señaló que los nexos de Rusia con Occidente pasan primero por un necesario "reseteo" de las relaciones internacionales y por el apego irrestricto de los Estados a las normas de la ONU.

Sobre un eventual descongelamiento de los vínculos con Estados Unidos, Lavrov respondió que era mejor dirigir ese asunto a Washington, pues el deterioro de las relaciones no fue iniciado por Moscú.

El ministro ruso detalló que el período de enfriamiento en los nexos bilaterales se reanudó con la administración del presidente Barack Obama mucho antes de la crisis en Ucrania, otro argumento usado en la política de confrontación con Rusia.

Se refirió el titular de Asuntos Exteriores que en plena fase de ingreso ruso a la Organización Mundial de Comercio, Washington entendió que la enmienda Jackson-Vanik ya no era útil -uno de los instrumentos de la Guerra Fría contra la Unión Soviética- , pero luego ideó la ley de Matgnitski para presionar política y económicamente a Rusia con el tema de los derechos humanos.

Enmarcó Lavrov la atmósfera de tirantez dentro de una época compleja de feroz competencia y confrontación de intereses. Comprendemos de que Estados Unidos esté interesado en tener menos rivales en lo político y económico, arguyó.

Observó que mientras Occidente, y Estados Unidos a la cabeza de esa política de contención, prolongan las sanciones contra Rusia en un claro gesto de indulgencia a Ucrania, Kiev percibe las presiones sobre Moscú como "un consentimiento al incumplimiento de los acuerdos de Minsk", mecanismo legitimado por la ONU para el arreglo del conflicto ucraniano.

En cuanto al reforzamiento del potencial bélico de la OTAN cerca de las fronteras rusas, Lavrov advirtió que la nación euroasiática tomará nota de la situación, al considerar destructivas y miopes tales acciones, sin éxito alguno.

Rusia, ratificó el jefe de la diplomacia, sigue abierta al desarrollo de la cooperación con Occidente, pero solo sobre bases de igualdad y mutuo beneficio, con respeto a los intereses de cada parte, reclamó el titular.

A juicio de Lavrov, el mundo necesita una reconfiguración de las relaciones internacionales, tras la pérdida de la hegemonía occidental por el control global y la conformación de varios centros de poder e influencia económica, China, uno de ellos.

Todos los Estados deben ajustarse a las reglas de juego sin distinción, con apego a la Carta de la ONU, a las normas del Derecho Internacional, aseveró Lavrov al instar a un reconocimiento de los derechos de autodeterminación de los pueblos y al respeto de la soberanía de las naciones.

Ese reinicio (peregruzhka) sería lo más constructivo y saludable ante la compleja situación que vive el mundo, reflexionó Lavrov durante la rueda de prensa anual sobre los hitos de la política exterior de Rusia en 2015. (I)