El ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov, indicó que el presidente sirio Bashar Al Asad le prometió "hacer cesar la violencia venga de donde venga".

"El presidente sirio está totalmente comprometido con el cese de la violencia, independientemente de donde provenga", subrayó el canciller en declaraciones citadas por las agencias rusas de noticias.

Lavrov subrayó que "está claro que los esfuerzos para poner fin a la violencia deben venir acompañados de un diálogo entre todas las fuerzas políticas". Dijo que el presidente sirio se ha mostrado dispuesto con un diálogo y para ello le ha pedido asistencia.

Lavrov sostuvo que el líder del país árabe le pidió ayuda "para influir en los grupos opositores, hasta que se establezca el diálogo".

"Seguiremos trabajando con los diversos grupos de oposición, pero también tienen que hacerlo aquellos que tienen más influencia sobre ellos que Rusia", destacó.

El jefe de la diplomacia rusa calificó de "muy útil" el encuentro de hoy con Al Asad. Aseguró que su país seguirá buscando una solución al conflicto sirio.

En ese sentido, dijo que quería basarse en la iniciativa de la Liga Árabe, que prevé que el presidente Asad transfiera sus poderes a su vicepresidente.

"Hemos confirmado nuestra buena voluntad de contribuir a una salida de crisis basada en la iniciativa propuesta por la Liga Árabe", manifestó.

Sin embargo, Lavrov rechazó  "cualquier intervención extranjera" para resolver la crisis en Siria, según difunció la agencia oficial Sana.

Anunció también que Al Asad anunciará pronto la fecha del referendo sobre una nueva Constitución, cuya redacción está terminada.

La visita del diplomático ruso a Damasco, donde fue recibido por una masiva concentración de seguidores del régimen, llega en un día en que países europeos como España, Francia e Italia anunciaron que han llamado a consultas a sus embajadores en la capital siria.

También los países miembros del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) decidieron hoy retirar a sus embajadores debido al aumento de la violencia y al rechazo de Damasco a la iniciativa árabe para la crisis.

Rusia y China utilizaron su derecho a veto en el Consejo de Seguridad de la ONU el pasado sábado para bloquear una resolución de condena contra el régimen sirio por la represión.