El embajador ruso en las Naciones Unidas, Vitali Churkin, advirtió ayer  que Rusia opondrá un veto en el Consejo de Seguridad  a cualquier proyecto de resolución sobre Siria que considere “inaceptable”, informaron las agencias rusas.

“Si el texto es inaceptable, votaremos en contra”, remarcó. Un voto negativo de Rusia en el Consejo de Seguridad viene a ser lo mismo que un veto. “No autorizaremos ningún texto que consideremos erróneo y que conduciría a un agravamiento del conflicto”, añadió.

El Consejo de Seguridad se compone de cinco miembros permanentes, que son China, Francia, la Federación de Rusia, el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte y  Estados Unidos, más  diez miembros no permanentes.

Horas antes,  el ministro del Exterior ruso, Serguei Lavrov, quien también se opuso a un cambio de gobierno forzado en el Estado levantino, aseguró que el Consejo de Seguridad  nunca aprobará acciones de fuerza contra Siria. 

Rusia exaspera a los países occidentales al oponerse al proyecto de resolución sobre Siria presentado por Marruecos y apoyado por la Liga Árabe. Este texto pide, entre otras cosas, que Al Asad traspase el poder a su vicepresidente. La Liga Árabe imploró el martes a la ONU que actúe frente a la “máquina de matar” del régimen sirio.

Rusia reiteró en varias ocasiones su oposición al uso de la fuerza y a cualquier resolución de las Naciones Unidas  que apoye sanciones unilaterales contra Damasco.

Casi al mismo tiempo que las agencias rusas difundían estas declaraciones, el canciller francés Alain Juppé  tachaba  de “pretexto infundado” la negativa rusa a apoyar la resolución sobre Siria en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, pero confió en que para la semana próxima se haya logrado acercar posturas. “No hay nada en el proyecto de resolución preparado por Marruecos que pueda servir de base a una intervención militar en Siria”, señaló durante una conferencia en la universidad parisina de Sciences Po.

“Desgraciadamente, hasta ahora, la amenaza de un veto de Rusia y la hostilidad de los llamados BRICS  (China, India y Sudáfrica) nos han bloqueado en el Consejo de Seguridad”, declaró Juppé.

Paralelamente,  el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), con sede en el Reino Unido,  anunció la muerte de al menos 59 personas, como consecuencia de la represión o de combates entre militares y desertores.

La agrupación afirmó que la mayoría de la víctimas mortales fue de civiles que fallecieron a causa de disparos de las fuerzas de seguridad y de combates entre militares y desertores.

Según la organización opositora, el mayor número de muertos se registró en la provincia de Damasco, con 23 civiles muertos, entre ellos una mujer de 27 años y un niño de 3, como consecuencia de disparos de las fuerzas del orden en varias localidades. 

Después de diez meses de violencia en Siria en los que, según Naciones Unidas, han muerto más de 5.400 personas, Rusia está sometida a presión para que sea más firme con el presidente sirio Bashar al Asad y su régimen.