De los 39 diputados involucrados en la delación de Odebrecht, 21 votaron por la caída de la primera mujer presidenta
Rousseff vuelve a la corte para pedir nulidad de su destitución tras confesión de Temer
Una confesión del presidente Michel Temer, que indica que un chantaje provocó la apertura de la mayor crisis de Brasil, la destitución de Dilma Rousseff de la presidencia, llevó a la exmandataria a pedirle a la Corte la nulidad del juicio político que la retiró del cargo el año pasado.
En medio de la turbulencia política generada por la “corrupción explícita” por la divulgación de las delaciones de los corruptores de la empresa constructora Odebrecht, Temer admitió la trama con la cual sus aliados derrocaron a Rousseff mediante un juicio iniciado en el Congreso el 17 de abril de 2016 que terminó con su destitución el 31 de agosto.
Temer confirmó que el juicio político fue abierto por su aliado, Eduardo Cunha, hoy preso y en la época presidente de la Cámara de Diputados, porque el Partido de los Trabajadores (PT) de Rousseff no lo defendió en la comisión de ética donde estaba siendo acusado de ocultar cuatro cuentas en Suiza donde cobró dinero de coimas por intermediaciones en Petrobras.
“Qué cosa curiosa. Si el Partido de los Trabajadores hubiera votado con Cunha en el comité de ética, hubiera sido probable la continuidad de la señora presidenta”, dijo Temer al hablar sobre su aliado del Partido del Movimiento de la Democracia Brasileña (PMDB).
Michel Temer contó que habló con Cunha en diciembre de 2015 y le había dicho que pensaba archivar los pedidos de destitución que la oposición había presentado.
Como vicepresidente, le avisó a Rousseff de la buena nueva para su continuidad, pero un día después, cuando el Partido de los Trabajadores le niega cobertura frente a la corrupción, Cunha cambió de idea.
Temer narró este episodio en la TV Bandeirantes, diciendo también que él no fue quien impulsó la destitución de Rousseff, sino sus aliados del propio Partido del Movimiento de la Democracia Brasileña.
“Estamos pidiendo al Supremo Tribunal Federal incluir la entrevista que dio Temer al mandato de seguridad que cuestiona la legalidad del juicio político. Porque se confirma el chantaje, el desvío de poder de Eduardo Cunha, de venganza”, declaró el abogado de Rousseff y exministro de Justicia, José Eduardo Cardozo.
Para la defensa de Rousseff, “la máxima Corte ahora sabe que el motivo del juicio político no fueron los asuntos contables en el presupuesto, las pedaleadas fiscales, sino porque ella no cedió al chantaje”.
Cunha fue destituido por sus pares tras la caída de Rousseff, está preso a órdenes del juez Sergio Moro en la Operación Lava Jato luego de haber llevado adelante un proceso por el cual también estarían involucrados pagos al PMDB por parte de Odebrecht destinados al grupo de Cunha en la Cámara de Diputados.
“Que Dios tenga misericordia de este país”, dijo al votar “sí” Cunha el 17 de abril de 2016, en medio de una sesión que abría el inicio del proceso que finalmente destituyó a Rousseff el 31 de agosto.
Con más de la mitad de la cámara baja investigada por distintos casos y niveles de supuesta corrupción, de los 39 diputados involucrados en la delación de Odebrecht, 21 votaron por la caída de la primera mujer presidenta.
En las calles, Brasil se había convertido en una ola amarilla de quienes pedían el juicio político de la mandataria. Frente al Congreso, una muralla dividía a los pro y contra el pedido de destitución de Rousseff. La sesión estuvo marcada por momentos que dejaron al descubierto el poder del bloque evangélico y ruralista, todos en torno a la destitución.
Es emblemático el voto de Raquel de Queiroz Muñiz, del Partido Social Demócrata de Minas Gerais, esposa del alcalde de Montes Claros, Ruy Muñiz. “Mi voto es para decir que Brasil tiene solución y eso nos muestra Montes Claros todos los días”, dijo al argumentar su “sí” la legisladora.
Al día siguiente, su esposo, el alcalde, un empresario, fue detenido acusado de desviar dinero del sistema de salud a su clínica privada. La exposición popular de esta votación llevó a que varios tuvieran un ascenso en sus carreras. Como el actual ministro de las Ciudades, Bruno Araújo, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) del expresidente Fernando Henrique Cardoso. Araújo fue el voto 342 de los 367 contra Rousseff, pero su sufragio permitió la aprobación del proceso.
Araújo, según Odebrecht, recibió $ 200.000 para que votara a favor de la empresa constructora en proyectos vinculados a la ingeniería en Diputados. Es uno de los ocho ministros de Temer delatados.
- La historia brasileña hubiera sido otra sin esa acción de Cunha, buscando su salvación, le preguntó a Temer el periodista Fabio Pannunzio.
- Ciertamente, hoy sería otra, respondió Temer, buscando sacarse la acusación de golpista que le endilga Rousseff. (I)