El papa Francisco hizo un primer contacto con el presidente de Brasil, Michel Temer, mediante una carta en la cual rechazó una invitación para visitar el país y criticó a "las fuerzas ciegas del mercado" como fórmula para superar las crisis.

Lo hizo en tiempos cruciales para la economía estructural de Brasil, ya que Temer apuesta a que a partir de la semana próxima se apruebe en el Congreso la reforma de las jubilaciones y la flexibilización de la ley laboral de 1943, dos iniciativas que serán repudiadas el próximo 28 de abril con un paro general al que convocaron todos los sindicatos.

La carta fue divulgada por el periodista Gerson Camarotti, del canal Globonews, el único periodista brasileño que lo entrevistó cuando el pontífice visitó Brasil en 2013. El argentino Jorge Bergoglio le había enviado una carta a Dilma Rousseff antes de ser destituida y mantiene diálogos con movimientos sociales brasileños, como por ejemplo el líder del Movimiento SIn Tierra, el economista marxista Joao Pedro Stédile.

"Sé bien la crisis que Brasil enfrenta y no es de simple solución, ya que tiene raices sociales, políticas y económicas y no le corresponde a la Iglesia ni al papa dar una receta para resolver algo tan complejo", dijo el papa, que pidió "dar especial atención a la población más pobre".

La carta llegó en un momento crítico políticamente, con centenares de políticos siendo denuncaidos por corruptores de la empresa constructora Odebrecht, que realizan un acuerdo con la justicia para salvar de la prisión al condenado presisdente de la firma, Marcelo Bahía Odebrecht, sentenciado a 19 años de cárcel.

"Los pobres muchas veces se ven completamente abandonados y suelen ser los que pagan el precio más amargo y dilacerante de alguna soluciones fáciles y superficiales para crisis que van más allá de la esfera financiera", dijo.

Sin citar las reformas de corte neoliberal que el mercado está presionando para que Temer acelere el viraje económico de Brasil tras 12 años del Partido de los Trabajadores en el poder, el papa Francisco dijo: "No se puede confiar en la mano invisible del mercado". Lo hizo al citar su exhortación apostólica Alegría del Evangelio.

Las reformas son el principal norte de gestión de Temer, en medio de denuncias que lo comprometieron por parte de los delatores de Odebrecht. Ocho ministros son investigados por cobrar coimas millonarias. El jefe de gabinete, Eliseu Padilha, fue delatado diiendo que participó de negocios sucios desde 1995, atravesando su participación en los gobiernos de Fernando Henrique Cardoso, Lula y Rousseff.  Temer, durante un desayuno con diputados de su base aliada, pidió a los políticos no dejarse "intimidar" con la Operacíon Lava Jato y los convocó a "resistir" defendiendo la gestión de gobierno.

El gobierno espera dar una señal al mercado con la aprobación de la reforma jubilatoria, en la cual se redujo la propuesta incicial de exigir 49 años para cobrar el total del beneficio para 40 años. En cuanto a la reforma laboral, el abaratamiento del costo de despidos y el recorte de derechos como vacaciones y salarios forman parte del menú que Temer le está sirviendo al mercado financiero.

En ese marco, fue muy claro al hablar con una radio que le preguntó si la serie de escándalos no afectaba la gobernabilidad: "Pretendo terminar mi mandato", respondió de cara a la fecha del 31 de diciembre de 2018, cuando acaba la gestión iniciada por Rousseff. (I)