La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, reiteró este martes que los responsables de la deforestación en la región amazónica no serán perdonados por ese "crimen medioambiental", pese a que una ley que se discute en el Congreso propone una amnistía.

"No se negociará la cuestión de la deforestación y se cumplirán todos los compromisos asumidos" durante la campaña electoral del año pasado, dijo Rousseff en un acto público, en el que designó a los miembros de una comisión especial que se ocupará de la organización de la Conferencia de la ONU sobre Desarrollo Sustentable (Río+20).

La jefa de Estado aseguró que "no habrá una vuelta atrás en la rueda de la historia" y recordó que, el año pasado, prometió a los electores que como presidenta vetaría una posible amnistía en favor de los responsables de la deforestación ilegal en la Amazonía.

Pese a la firmeza de la presidenta, la Cámara de Diputados, con amplio apoyo de la base oficialista, aprobó hace dos semanas lo que se conoce como Código Forestal, un conjunto de leyes de protección medioambiental que, entre otros puntos, propone perdonar a quienes hasta ahora han talado árboles en forma ilegal.

El proyecto de ley ha pasado a manos del Senado, que todavía no ha comenzado a debatirlo y que se prevé que demorará al menos cuatro meses para discutirlo y votarlo.

Sobre la Conferencia Río+20, Rousseff manifestó su esperanza en que contribuirá a afinar las precauciones globales contra el cambio climático, que será uno de los ejes centrales de la cita.

La conferencia, que será celebrada en el marco de las Naciones Unidas, se realizará en junio del año próximo en Río de Janeiro en ocasión del vigésimo aniversario de la Cumbre de la Tierra, que en 1992 también tuvo como sede esa ciudad brasileña.