Esta elección es la séptima desde el fin de la dictadura en 1985
Rousseff encabeza las encuestas entre 11 candidatos en Brasil (Infografía yGalería)
La llamada “nueva clase media”, un contingente de casi 105 millones de personas que formó parte del masivo ascenso social de la última década en Brasil, será la clave para definir si mañana Dilma Rousseff es reelecta o si el gigante sudamericano cambia de rumbo ideológico, político, económico y diplomático luego de 12 años de gobiernos del Partido de los Trabajadores (PT).
Favorita en las encuestas que le otorgan en torno del 45% de los votos, Rousseff enfrentó una de las campañas más disputadas de la historia reciente de Brasil, e incluso más ajustada que la que llevó en 2002 por primera vez a su jefe, Luiz Inácio Lula da Silva, a la presidencia.
La ecologista liberal Marina Silva, segunda en las encuestas de Datafolha, Ibope y Vox Populi, se encuentra a 25 puntos de Rousseff y en tercer lugar está en torno del 20% Aecio Neves, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) del expresidente Fernando Henrique Cardoso.
Entre ambos se jugarán voto a voto el segundo lugar y el ticket para la segunda vuelta electoral el 26 de octubre, en caso de que Rousseff no alcance la mayoría de los votos. De acuerdo a la legislación electoral, Rousseff será electa en caso de que logre más del 50% de los votos.
La elección, la séptima desde el fin de la dictadura militar en 1985 servirá para elegir presidente entre 11 candidatos a presidente, 27 gobernadores y renovar la mitad del Congreso, clave para la gobernabilidad en el intrincado sistema de alianzas de la política brasileña. Para votar fueron convocados 142 millones de electores e instaladas 530 mil urnas electrónicas.
Históricamente, el principal distrito del país, el más rico y poblado y primer distrito electoral es Sao Paulo, que concentra el 22,40% del electorado, seguido por Minas Geráis, con el 10% y Río de Janeiro con el 8,5%.
En Sao Paulo será clave para Marina Silva y Aecio Neves el sentimiento anti-PT provocado por las denuncias de corrupción recientes y antiguas. Sin embargo, Rousseff empataba con 39% de intención de voto con Silva en Sao Paulo, según Ibope.
Entre los más ricos, la disputa será entre Silva y Aecio Neves, en sintonía con los golpes de mercado que el sistema financiero le propinó a la Bolsa de Valores de Sao Paulo en las últimas dos semanas, a cada encuesta que mostraba el avance del PT.
Entre los pobres, según los sondeos, domina ampliamente con más del 65% Rousseff, fruto en parte de los programas sociales que sacaron de la pobreza a 40 millones de personas.
La FAO eliminó la semana pasada a Brasil del mapa del hambre mundial. Pero en el contingente que se transformó en la clase C o “nueva clase trabajadora” estará la clave de la elección, ya que forman parte de la cara del nuevo Brasil y no son fieles de los partidos. Allí está el 56% de los electores y hasta hace pocos días una encuesta de Datafolha otorgó entre ellos una ventaja de 37% a 30% a favor de Rousseff en contra de Marina Silva.
“Esta es una elección de futuro, no de pasado. El 74% quiere cambios pero la cuestión para la oposición es que los electores no ven a los opositores con competencia para esa expectativa”, dijo a EL TELÉGRAFO Renato Meirelles, de la consultora Data Popular, especialista en analizar el comportamiento de la nueva clase media.
Esta porción de la población que ya es mayoría creció desde 2003 al calor de las políticas de inclusión implementadas por Lula y el boom del consumo, que incluye desde el primer lavarropas o que por primera vez uno de los hijos curse en una universidad a la vez que sobran ofertas de empleo. O el primer cero kilómetro del árbol genealógico.
En total una familia tipo gana entre $ 1.300 y $ 1.850 mensuales para ser considerada dentro de este tipo. Y la mayoría reclama servicios públicos en sus barrios, muchos de ellos favelas.
Meirelles explica que la calificación de clase es apenas económica y no necesariamente una “clase media cultural” como se conoció durante el siglo XX. O la que obligó a empresas de aviación a abrir agencias en las estaciones de trenes y metro para los trabajadores que por primera vez subieron a un avión para trasladarse en este país continental.
La gran clave es la educación: “El 71% de los jóvenes de la Clase C estudiaron más años que sus padres. Ellos prefieren perder subsidios, perder el empleo, pero no dejar la facultad”, explicó Meirelles durante una entrevista en Sao Paulo
Justamente en la metrópoli más grande de Sudamérica, famosa por su diversidad, se percibe el ingreso de los pobres, la mayoría de ellos negros, a cursos de nivel terciario, sobre todo en universidades privadas, subvencionados por el gobierno por el sistema de acciones afirmativas. Uno de estos casos emblemáticos se da en la Universidad Uninove, del barrio de Barra Funda
“Muchos de ellos muchachos que son la primera generación de universitarios de sus familias participaron de las protestas de junio de 2013. Y los becados por cupos raciales para negros terminan siendo los mejores alumnos”, dijo a EL TELÉGRAFO Alexandre Barbosa, coordinador de la carrera de periodismo de Uninove.
Para Barbosa, la politización de estos jóvenes que provienen de los sectores históricamente postergados reconoce el avance del PT, pero muchos de ellos en base a su percepción se corren más a la izquierda en esta elección, con la candidata Luciana Genro, del Partido Socialismo y Libertad (PSOL), con 1% en las encuestas.
La nueva clase media, como en 2010 que eligió por el continuismo del PT de Lula hacia Rousseff, será decisiva en esta elección y allí apuntan todos los candidatos.
LA EMBAJADA DE BRASIL EN ECUADOR ESPERA A VOTANTES
Unos 743 brasileños residentes en Ecuador podrán sufragar mañana en las instalaciones de la Embajada de Brasil, ubicada en la avenida Amazonas N39-123 y Francisco Arízaga, edificio Amazonas Plaza, piso 7, que estará abierta desde las 08:00 hasta las 17:00.
Los brasileños mayores de 18 años están obligados a votar siempre y cuando hayan cambiado su domicilio electoral a Quito, explica la Embajada de Brasil en Ecuador, en un comunicado. De los 142 millones de electores brasileños convocados a votar, 337.168 lo harán desde el exterior.