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El gobierno negoció “un estatus especial” dentro del bloque si se vota a favor de la permanencia

Reino Unido destinó $ 18.740 millones a la UE y solo recibió $ 6.490 millones en 2015

David Cameron (izq.) y Jeremy Corbyn (der.) depositan una ofrenda floral en el lugar donde falleció Jo Cox.
David Cameron (izq.) y Jeremy Corbyn (der.) depositan una ofrenda floral en el lugar donde falleció Jo Cox.
Foto: AFP
18 de junio de 2016 - 00:00 - Leonardo Boix, corresponsal en Londres

El afiche con el eslogan antieuropeo ‘Vote Leave’ (Votar para salir) cubre el frente de una típica casa inglesa ubicada en el número 25 de Savernake Road, en el barrio londinense de Gospel Oak. Del otro lado de la calle, un cartel anuncia ‘I’m in’ (Estoy dentro), dando a entender que allí se votará a favor de que Gran Bretaña permanezca dentro de la Unión Europea (UE).

Desde hace meses, esos carteles y afiches se han multiplicado no solo en Londres, sino también en las principales ciudades, pueblos y localidades del Reino Unido, a medida que el país se divide más sobre su futuro dentro de la UE.

Esa división entre aquellos votantes a favor y en contra del llamado ‘Brexit’, abreviación de la frase inglesa ‘British Exit’ utilizada para referirse a la posibilidad de que el país salga del bloque comunitario, se está profundizando a medida que se acerca la fecha del voto crucial, con consecuencias profundas para el país y la región.       

El próximo 23 de junio, unos 45 millones de electores británicos estarán habilitados para decidir en las urnas si Gran Bretaña permanece dentro del bloque comunitario o se separa definitivamente del grupo selecto de 28 países al que pertenece desde 1975.

La victoria de los conservadores en las elecciones generales de mayo de 2015 en Gran Bretaña puso en marcha una promesa electoral hecha por el primer ministro David Cameron, para convocar a un referéndum sobre la membresía británica en la UE pautada para 2016.

El mandatario inglés prometió convocar a ese voto tras las presiones de sus propios parlamentarios euroescépticos y ante el avance del eurofóbico y xenófobo Partido por la Independencia del Reino Unido (UKIP), que lidera Nigel Farage.

De ese modo y durante gran parte del invierno (boreal), Cameron se embarcó en una maratónica campaña por distintas capitales europeas para renegociar los términos de la membresía británica, negociaciones que concluyeron en una cumbre de dos días en Bruselas, el 19 y 20 de febrero pasado.

Dicho acuerdo permite darle a Gran Bretaña “un estatus especial” dentro del bloque si vota para permanecer en la UE, e incluye mantener permanentemente la libra esterlina como su moneda, no tener que formar parte de una mayor integración política de la UE y limitar las prestaciones sociales a los migrantes de otros países de la unión.

Los líderes europeos aceptaron además crear un “freno de emergencia” que permita al Reino Unido suspender el acceso de los inmigrantes europeos a determinados complementos salariales, durante sus primeros años de trabajo en el país.

Una vez activado el mecanismo, el Gobierno podrá hacer uso de él durante un periodo máximo de 7 años y no de los 13 que aspiraba lograr Cameron. También podrá ajustar al precio de costo de vida en el país de origen, las ayudas por hijo que le correspondan al trabajador, si el menor no reside en Reino Unido, una medida no retroactiva, que se aplicará desde su aprobación a los recién llegados y, tras un periodo de transición hasta 2020, a los que ya residen en el país.

Además se incluyó una cláusula que especifica que las condiciones del acuerdo quedarán sin valor si el resultado del plebiscito británico es contrario a la UE. Otra de las ventajas que logró el Gobierno británico es una salvaguarda que permite a un Estado que no integre la moneda única aplazar políticas económicas de la eurozona o de la unión bancaria, si las considera una “amenaza” para sí. Pero todo ello dependerá del resultado del referéndum británico.

Muchos comentaristas y analistas políticos en el Reino Unido coinciden en señalar que la mayor incertidumbre asociada con la salida de la UE es que hasta ahora ningún país europeo optó por ese camino, y por ello es difícil pronosticar las consecuencias. De todas maneras, hay factores e impactos que sí pueden ser calculados.

Si el Reino Unido abandona la UE ello llevará de inmediato a un aumento de los ahorros para las arcas del país, ya que el Estado británico no deberá contribuir más al enorme presupuesto europeo. En 2015, Gran Bretaña destinó 13.000 millones de libras ($ 18.740 millones) al presupuesto europeo, aunque solo recibió 4.500 millones de libras ($ 6.490 millones) de la UE.

El sitio independiente Full Fact, que analiza cifras oficiales y de la UE, confirmó que la contribución neta del Reino Unido a Europa fue de 8.500 millones de libras                ($ 12.250 millones), o el 7% del dinero que el Gobierno británico destina al Servicio Nacional de Salud (NHS).

De todos modos, aquellos a favor de la permanencia en el bloque sostienen que parte de las contribuciones británicas a la UE son recuperadas a través de subsidios y ayudas a granjeros, como también en programas de desarrollo económico, científico y de investigación. El Tesoro afirma que los pagos de la UE a las arcas británicas fueron de 4.400 millones de libras ($ 6.230 millones) en 2015, más otros $ 2.000 millones a organizaciones privadas. En total, los pagos de la UE a Gran Bretaña superarían los $ 8.500 millones.

Con respecto a las áreas de comercio e inversión, el Reino Unido se beneficia en gran forma del mercado común europeo, ya que entre Estados miembro no se imponen tarifas a importaciones o exportaciones. Más del 50% de las exportaciones británicas tienen como destino países de la UE, con lo cual el ‘Brexit’ golpeará duramente a ese sector, reduciendo el nivel de exportaciones e importaciones, y llevando a una baja de la inversión. (I)

DATOS

Reino Unido pasó a formar parte del proyecto europeo en 1973. Han pasado 43 años y el país británico va a decidir el 23 de junio en un referéndum si sigue formando parte de la Unión Europea (UE) u opta por el ‘Brexit’, la palabra que se usa para referirse a la salida de Reino Unido de la UE y resulta de las primeras letras de Britain y exit (salida). También se habla de Nexit, en el caso de Holanda, o de Grexit, por Grecia.       

En los últimos días cuatro encuestas de importantes medios - The Guardian , The Independent , The Daily Telegraph y The Times - han predicho que ganará el Brexit con por los menos 7 puntos de ventaja, con una intención de votos entre 51% y 45%. Además el diario The Sun ha abogado por dejar la UE en un editorial publicado esta semana.

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