Las deportaciones de inmigrantes indocumentados en Estados Unidos sufriría una reducción con la implementación de los decretos migratorios anunciados en noviembre por el presidente Barack Obama, según un informe divulgado este jueves.

Las nuevas provisiones crean de facto un "cierto grado de protección" contra una deportación para cerca de 9,6 millones de inmigrantes sin papeles, un 87% de los 11 millones de personas -la mayoría de origen latinoamericano- que viven de manera irregular en Estados Unidos, estimó el centro de análisis Migration Policy Institute (MPI).

Según las normativas anteriores, de 2010, solo 73% de los sin papeles, unos 8 millones de personas, estaban a salvo de ser deportados, señala el MPI.

"Es una reducción significativa", dijo Mark Rosenblum, director del programa de inmigración del MPI, al presentar el informe.

La caída en el universo de deportables es producto de una redefinición del sistema de deportaciones de Estados Unidos para enfocarlo hacia la seguridad fronteriza y la persecución de los criminales más peligrosos, incluida en los decretos de Obama anunciados en noviembre de 2014.

Del paquete de decretos -la respuesta de Obama al fracaso de la reforma migratoria en el Congreso-, las medidas más conocidas proponían la regularización de ciertas categorías de inmigrantes: padres de ciudadanos estadounidenses (DAPA) o jóvenes traídos de niños por sus padres, conocidos como "dreamers" (DACA).

Esos decretos habrían beneficiado a unos cuatro millones de indocumentados pero fueron congelados por un fallo judicial.

El MPI destacó que las nuevas normativas para deportaciones son igualmente significativas y pueden tener un efecto en un mayor número de personas.

Bajo esas guías, las autoridades migratorias deben enfocarse en la deportación de "amenazas a la seguridad nacional", personas condenadas por crímenes graves, miembros de pandillas e indocumentados atrapados cerca de la frontera: en total unos 1,4 millones de personas, según el MPI.

El MPI estima que las autoridades migratorias deportarán 25.000 personas menos al año si se implementan completamente las nuevas normas, a medida que abandonan las expulsiones en el interior de Estados Unidos y se concentran en la frontera. (I)