Reforma constitucional en Nicaragua
Una reforma al Código Militar, aprobada recientemente por la mayoría sandinista en la Asamblea Nacional (Parlamento), deja al Ejército de Nicaragua con más poderes y mayores facultades en el ámbito de seguridad nacional, aunque más subordinado políticamente al presidente Daniel Ortega, quien también tiene opción a una tercera reelección consecutiva.
La reforma, aprobada la semana pasada como propuesta del Ejecutivo, deja a discreción del presidente de la República extender el plazo de forma indefinida al jefe de las Fuerzas Armadas, al que también podrá destituir por “insubordinación”.
La modificación establece que el jefe del Ejército (actualmente es el general Julio César Avilés) podrá ser destituido por insubordinación o por desobediencia a las órdenes dadas por el presidente de la República en el ejercicio de sus plenas atribuciones.
“La reforma al Código Militar significa la sujeción personal de la institución y del jefe del Ejército al presidente de la República”, manifestó el teniente coronel en retiro Irving Dávila, quien realizó un análisis jurídico sobre el tema para el no gubernamental Instituto de Estudios Estratégicos y Políticas Públicas (Ieepp).
La reforma también asigna un nuevo rol al Ejército en materia de seguridad nacional, que se había suprimido en el Código Militar de 1994.
Además, plantea que los miembros del Ejército podrán ocupar cargos en las instituciones del Estado que no sean de elección popular, así como crear unas “fuerzas de reserva” integradas por voluntarios y, sobre todo, antiguos oficiales.
Asimismo, amplía los años de servicio de 35 a 40, con una edad máxima de retiro de 65 años y no de 60 como en la actualidad, lo que beneficiará a los fundadores del Ejército Popular Sandinista nacidos en 1979.
La reforma militar se suma a la que aprobó también, la mayoría sandinista, la Constitución que garantiza a Ortega el derecho a presentarse a la reelección inmediata cuantas veces quiera y legislar por decreto.
La legislación para permitir la reelección presidencial indefinida, que ya había sido aprobada en una primera legislatura el 10 de diciembre pasado, fue ratificada “en lo general” con 64 votos a favor y 25 en contra.
Los cambios en sus aspectos más polémicos eliminan el artículo vigente desde 1995 que establecía la reelección presidencial alterna y por una sola vez.
La reforma, que quedará vigente una vez que sea sancionada por el Poder Ejecutivo y publicada, le abre al mandatario Ortega la posibilidad de buscar el tercer mandato consecutivo en 2016.
Los cambios también devuelven al presidente la potestad de emitir decretos con fuerza de ley, imponer tributos o modificarlos, lo que era una facultad exclusiva del parlamento, indica el texto aprobado.