En un país indignado ante la multiplicación de investigaciones judiciales por corrupción, que afectan a políticos de izquierda y derecha, sindicalistas, banqueros o a la misma familia real, el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, explicó ayer en el Congreso sus medidas contra la corrupción.

El debate estuvo marcado por los cuestionamientos de la oposición y el auto del juez Pablo Ruz, en el que apunta que la ministra de Salud, Ana Mato, fue ‘partícipe a título lucrativo’ de los delitos de su exesposo y exalcalde de Pozuelo, Jesús Sepúlveda, en el caso Gürtel y por el que la funcionaria presentó su dimisión.

En su respuesta a las intervenciones de la oposición, que le pidió explicaciones tras la dimisión de Mato, en el pleno que debate las medidas anticorrupción, el gobernante del Partido Popular (PP) remarcó que la funcionaria ‘no está imputada’, no está entre los responsables civiles subsidiarios e ‘ignoraba la existencia de la comisión delictiva’.

Pero si prospera el expediente del juez Ruz, que ayer cerró la instrucción del caso Gürtel, el PP será también incluido como responsable civil por ser partícipe a título lucrativo de la trama corrupta al beneficiarse con casi 237 mil euros.

La red del caso Gürtel se basó en la obtención de contratos de forma irregular de varias administraciones públicas de la Comunidad de Madrid, Estepona (Málaga) y Castilla y León entre 1999 y 2005.

Según el expediente, el PP pagó con dinero negro, mediante una llamada Caja B -ajena al fisco- las campañas electorales de Sepúlveda (111.864,32 euros) y de Guillermo Ortega para el municipio de Majadahonda (125.000 euros).

La investigación de Ruz precisó que los cerebros de la red fueron los empresarios Francisco Correa y Pablo Crespo, creadores de un entramado dedicado a obtener irregularmente adjudicaciones públicas de administraciones gobernadas por el PP a cambio de dádivas.

Medidas ‘cosméticas’

El jefe del gobierno explicó en el pleno su deseo de imponer transparencia a la financiación de los partidos y mayor transparencia de las retribuciones y gastos de los altos cargos.

La oposición no se embarcó sin embargo en su proyecto. El líder comunista Cayo Lara calificó las propuestas de Rajoy de ‘medidas cosméticas’ y el socialista Pedro Sánchez le acusó de evitar el problema de fondo: “No es la primera vez que actúa así, lo ha hecho desde que hace ahora 20 meses vive con la carga de abordar la corrupción mientras se mantiene viva la acusación de su partido de que se ha financiado irregularmente durante más de 20 años”, afirmó.