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El partido de iglesias no se libró de los dardos del presidente en la reunión del pp

Rajoy califica a Podemos como una ‘pandilla de amigos’

Mariano Rajoy, presidente del Gobierno de España y líder del Partido Popular, ha tratado por todos los medios de demostrar que la crisis ha sido ‘superada’. Foto: vivelohoy.com
Mariano Rajoy, presidente del Gobierno de España y líder del Partido Popular, ha tratado por todos los medios de demostrar que la crisis ha sido ‘superada’. Foto: vivelohoy.com
10 de abril de 2015 - 00:00 - Gorka Castillo. Corresponsal en Madrid

El presidente de España, Mariano Rajoy, sacó toda la artillería dialéctica en la primera reunión en 2 años que celebra la junta directiva del Partido Popular (PP) para analizar la estrategia de su partido de frente a las elecciones de mayo.  

Rajoy apeló a la unión interna para enfrentar a las emergentes formaciones, como Ciudadanos o Podemos, a las que tildó de “experimentos, foros de debate y pandilla de amigos”. Al término de su alocución fue agasajado por los líderes regionales de su partido que no cejaron de vitorearlo con una procesión de halagos.

El acto sirvió para que el líder conservador entre de lleno en la campaña electoral en España, cuyo resultado inquieta cada día más en el Palacio de la Moncloa. Las disputas internas han llegado a un grado incendiario en el PP y a Rajoy no le ha quedado otra opción que salir al escenario para evitar fugas.

El discurso duró exactamente 40 minutos y fue interrumpido en 15 ocasiones por sonoros aplausos. Delante de la plana mayor del PP, hasta 500 líderes regionales estuvieron presentes.

Mariano Rajoy enfatizó la “importancia” capital de las próximas elecciones locales y autonómicas que se celebrarán el 24 de mayo y recordó que la única forma de reeditar su triunfo de hace cuatro años es “recuperar la impronta que nos ha caracterizado, es decir, la responsabilidad económica, asumiendo los errores y aciertos de un partido con historia”.

Son, precisamente, los errores cometidos en los innumerables casos de corrupción que salpican al partido gobernante en España el motivo principal que mantiene al PP contra las cuerdas. No se libra de las críticas ni su gestión económica aunque desde el Gobierno tratan por todos los medios de demostrar que la crisis ya ha sido superada.

Y ahí es donde Rajoy rebuscó para sacar el conejo de ironía que le permitió describir un panorama esperanzador para los ciudadanos y alcanzar los prometidos 20 millones de nuevos empleos que, en su opinión, serán la llave que abra las puertas de La Moncloa en noviembre: “¿Está España mejor o peor que en el año 2012? ¿Los españoles tienen más confianza en el futuro ahora o en 2012? ¿El resto del mundo nos ve mejor o nos veía mejor en 2012? ¿Hacia dónde debe ir el rumbo?”, inquirió el presidente.

Consciente de que el nuevo partido Ciudadanos es el principal enemigo y que puede debilitar considerablemente su poder, Rajoy pidió a los dirigentes populares que eviten la confrontación directa con la formación de Albert Rivera. “Atacarle es contraproducente para no perder más votos”, comentó un destacado líder del PP madrileño en la televisión autonómica. Pero Rajoy ya sabe que se enfrenta a un lobo disfrazado de cordero.

La irrupción de este partido ha creado en el PP una situación insólita, ya que nunca antes habían competido con otra formación en su espectro ideológico y, además, con el agravante de producirse en el momento de mayor desgaste del partido gobernante. Según un informe interno del PP de frente a la contienda electoral, la estrategia por seguir en las próximas semanas será mostrar a Ciudadanos como un partido sin programa y sin equipo. Y aprovechar que la inmensa mayoría de sus candidatos es desconocida para la opinión pública.

Tampoco Podemos se libró de los dardos del presidente del PP. Para Rajoy, el partido de Pablo Iglesias es “el foro de debate de una pandilla de amigos que juegan a la ruleta”, y aventuró que si ganan arrastrarán al país a la ruina económica.

En el acto que reunió a la cúpula del PP no se escatimaron reproches y palabras cargadas con pólvora contra aquellos de sus dirigentes que hacen la guerra por su cuenta tras los malos resultados logrados en Andalucía. El presidente de España lamentó esta “errática” actitud que, en su opinión, solo ha servido para desilusionar a cientos de militantes, pero obvió mencionar sus nombres aunque todos sabían que se refería a dos pesos pesados, como la candidata al Ayuntamiento de Madrid, Esperanza Aguirre, y la secretaria general del partido, María Dolores de Cospedal. “No voy a hacer ningún llamamiento a la unidad porque este es un partido unido. No voy a hacer ningún llamamiento a la responsabilidad porque si algo hemos derrochado en años es responsabilidad. Lo único que vengo a pediros es un nuevo esfuerzo, un nuevo esfuerzo por España”, afirmó.

En medio de espontáneas y efusivas interrupciones, Mariano Rajoy no olvidó recordar los tres pilares que sostendrán el programa electoral del PP en las dos contiendas previstas para este año: La reducción de impuestos, la reforma de la Administración de justicia para luchar contra la corrupción y una nueva agenda social destinada a ayudar a los más desfavorecidos. La receta fue recibida con una emotiva ovación y la coincidencia de que este discurso ha supuesto “una inyección de motivación y ánimo para todos”, aseguró un dirigente a EL TELÉGRAFO minutos después de concluir el acto. (I)

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