Trabajadores de planta, afectados por radiactividad
Mientras autoridades informaban ayer que el nivel de yodo radiactivo en el agua potable de Tokio no afectaba a los bebés, 17 empleados de la planta nuclear Fukushima 1 (noreste de Japón), que resultó dañada hace dos semanas por un terremoto y un tsunami, fueron expuestos a radiaciones.
La operadora de la central, Tepco, informó que los profesionales han estado expuestos a una radiación de más de 100 milisievert, considerado el máximo en condiciones de emergencia, aunque para el caso concreto de Fukushima el Gobierno autorizó elevarlo hasta 250 milisievert.
Tres de esos “Héroes de Fukushima” como se los ha calificado, recibieron ayer entre 173 y 180 milisievert cuando extendían cables eléctricos cerca del reactor tres, en un edificio de turbinas inundado con agua con un elevado nivel de radiactividad, según la televisión pública NHK.
El portavoz de la Agencia Japonesa de Seguridad Nuclear, Hideyuki Nishiyama, anunció que dos de los trabajadores fueron hospitalizados tras haber sido expuestos a niveles de radiación.
Tras ese suceso, los empleados de la zona fueron temporalmente evacuados. Hasta el momento, el Instituto de Investigación Radiológica de Japón ha examinado a cerca de 200 trabajadores de la planta, de los que solo 2 han sido hospitalizados para recibir tratamiento médico.
Las labores para refrigerar el reactor 3, el más peligroso porque contiene plutonio además de uranio, se retomaron ayer tras suspenderse la víspera a causa de una columna de humo procedente de esa zona.
En seis horas los equipos militares y de bomberos vertieron entre 4 y 5 toneladas de agua a la piscina de combustible de ese reactor y lograron hacer bajar su temperatura desde 57 a 31 grados, según las Fuerzas de Auto Defensa, citadas por NHK. El reactor 2, en cambio, está dando los mayores niveles de radiactividad desde que se tiene registro.
Los operarios también consiguieron ayer devolver parcialmente la luz a los paneles de control de la unidad 1, en el que se trabaja para reducir la presión de la vasija de contención del reactor.
El ayuntamiento de Tokio informó ayer, por su parte, que el nivel de yodo radiactivo medido en el agua potable volvió a situarse por debajo del máximo legal autorizado para los bebés.
El ayuntamiento anunció que el nivel era de 79 becquereles por kilogramo ayer en el centro de purificación de Kanamachi, cuando el límite fijado por las autoridades niponas es de 100 becquereles para los menores.
Sin embargo, el Gobierno de la capital nipona empezó a distribuir agua embotellada a las familias con bebés en la capital y cinco ciudades vecinas afectadas por niveles de yodo radiactivo en el agua.
En total son cerca de 4 millones de litros a 80.000 hogares que tienen niños. De acuerdo con el último balance, el número de fallecidos por el terremoto de 8,9 grados y tsunami aumentó a 9.700 personas mientras que otras 16.501 continúan desaparecidas.