El presidente ruso Vladimir Putin subió a bordo de un sumergible de tres plazas para inspeccionar los restos de un buque antiguo descubierto recientemente en el Mar Negro frente a la costa de Crimea.

El Mandatario descendió 83 metros para ver los restos del buque mercante bizantino, que dataría de los siglos X-XI, que "es el momento de la formación de la estatalidad rusa, del desarrollo de las relaciones con Bizancio y otros países. Por lo tanto, creo que eso (el hallazgo) será interesante tanto para los profesionales como para el público en general, y nos animará a prestar más atención a la historia nacional, buscar algo nuevo y utilizarlo para el presente y el futuro", sostuvo.

Desde el fondo del mar, Putin se comunicó por radio con el primer ministro Dmitry Medvedev, a quien dijo que el mercante debía echar luz sobre el desarrollo de Rusia y mostrar "que tan profundas son nuestras raíces históricas". También le dijo que debería haberlo acompañado.

 "Es hermoso, hay muchos objetos, ánforas desparramadas", dijo el presidente ruso. Al salir del sumergible, recibió abrazos de Medvedev, así como de su secretario de la presidencia y su ministro de Defensa, parte de la gran comitiva que lo acompañó a Crimea.

Preguntado por un periodista si era prudente gastar dinero en tales emprendimientos cuando la economía rusa se encuentra en recesión, Putin manifestó que busca promocionar y atraer donantes a la importante obra que realiza la Sociedad Geográfica Rusa para estudiar "cómo se construyó nuestro estado, incluso en esta región".

En expediciones submarinas anteriores, Putin ha explorado el Golfo de Finlandia y el lago Baikal. También buceó en el estrecho de Kerch, que une el Mar Negro con el Mar de Azov. (I)

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