Damasco / Moscú.-

Al cumplirse el quinto aniversario del inicio de la guerra, las tropas rusas iniciarán hoy su retirada de Siria, indicó el mandatario ruso, Vladímir Putin, tras un diálogo telefónico con su homólogo sirio, Bachar al Asad.

“El objetivo asignado al Ministerio de Defensa y las Fuerzas Armadas en su conjunto ha sido cumplido, de manera que ordené iniciar a partir de mañana (hoy) la retirada de la parte principal de nuestros grupos militares de la República Árabe Siria”, dijo ayer Putin.

La retirada será paulatina y afectará a la mayor parte, aunque no a todas las tropas rusas, dado que Moscú mantendrá una capacidad operativa con su base de Latakia, en la costa mediterránea del país asiático.

“Nuestras bases, la marítima en Tartus y la de aviación en el aeródromo de Jemeim seguirán funcionando. Deben ser defendidas por tierra, mar y aire”, precisó Putin. A partir de ahora, añadió, esas bases “deben cumplir una función muy importante de control sobre el alto el fuego y la creación de las condiciones para el proceso de paz”.

Según informó la cadena alemana DW, Putin ordenó también a su canciller que Rusia participe más intensamente en el proceso de para terminar con el conflicto en Siria. El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo que el mandatario había hablado con el presidente sirio Bashar al-Assad para informarle de la decisión.

Rusia ha bombardeado el territorio sirio desde el 30 de septiembre de 2015, cuando decidió atender la petición del presidente sirio, para ayudar a combatir a los “terroristas” que operan en el país. Los ataques de la aviación siria se han dirigido contra grupos terroristas yihadistas, como el Estado Islámico, y contra facciones rebeldes de la oposición, lo que ha generado tensiones con países como Estados Unidos y Turquía.

Rusia formó en un corto plazo un grupo pequeño pero muy eficaz de fuerzas militares en Siria integrado por inteligencia cósmica, aviones no tripulados, aviones de combate y las fuerzas de la Armada que utilizan las armas más modernas. La operación ayudó a apuntalar las fuerzas del régimen y a tomar una posición ofensiva.   
“Hemos creado un poderoso sistema de defensa de misiles que incluye los sistemas más avanzados, como el S-400. El trabajo eficaz de nuestros militares ha creado las condiciones para el inicio del proceso de paz”, declaró el presidente.

La Casa Blanca se mostró cauta en su respuesta a la sorpresiva orden del presidente ruso de retirar algunas de sus tropas de Siria. “Tendremos que ver cuáles son las intenciones exactas de Rusia”, dijo el portavoz de la Casa Blanca Josh Earnest.

Las negociaciones no prosperan

La medida del presidente ruso coincide con la reanudación de las conversaciones de paz en Ginebra mediadas por la ONU para lograr una salida política al conflicto,  pero la solución parece lejana ya que hay abismales diferencias sobre cuál debe ser el futuro del presidente al Asad.

Al respecto, el enviado especial de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, descartó ayer que exista alternativa al diálogo entre el Gobierno y los opositores para detener el conflicto. “La alternativa, algunos como ustedes saben la llaman plan B, es el regreso a la guerra, incluso a una peor que la que hemos tenido hasta ahora”, advirtió a periodistas en la sede de Naciones Unidas de la ciudad suiza, donde se reunió con la delegación gubernamental, liderada por Bashar Jaafari.

El conflicto sirio, que comenzó el 15 de marzo de 2011 con unas protestas pacíficas reprimidas de forma sangrienta, se ha transformado en una compleja contienda con un gran número de actores locales e internacionales. Desde entonces, más de 270.000 personas han muerto y 11 millones han tenido que abandonar sus hogares, provocando por extensión una crisis migratoria en la Unión Europea.

En 2015, el conflicto experimentó una escalada brutal con el apoyo de Rusia al Gobierno sirio y la suma de Reino Unido y Francia a la campaña aérea de la coalición liderada por Estados Unidos. Tras la incorporación de estos países al conflicto, 4 de los 5 miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU están involucrados activamente en la guerra en Siria.

Al momento, una tregua, patrocinada por Estados Unidos y Rusia, y que entró en vigor el 27 de febrero entre el régimen y los rebeldes “moderados” en Siria, se mantiene pese a algunas violaciones. Los ataques contra el Estado Islámico y los grupos radicales continúan.

Un informe de Médicos Sin Fronteras (MSF) señala que el daño directo de la guerra de Siria en las mujeres y los niños pone de relieve la necesidad de que las partes en conflicto eviten bajas civiles y detengan los ataques indiscriminados o dirigidos expresamente contra la población y las infraestructuras civiles como mercados, hospitales o escuelas.

“A medida que la guerra entra en su sexto año, las partes en conflicto y sus aliados militares no pueden mantener la estrategia seguida en 2015”, advierte el organismo y señala que el año pasado atendió a 154.647 heridos en 69 hospitales y clínicas que tiene en territorio sirio. El 40% de las víctimas son mujeres y niños. (I)

DATOS

Siria era uno de los pocos países del Medio Oriente que no tenía conflictos internos, pero sí una geopolítica importante y riquezas que despertaron el interés de potencias dominantes, encargadas de encaminar una serie de conflictos por medio de una cortina de humo denominada Primavera Árabe, que desató la actual guerra civil.   

Ahora la guerra, la persecución, el sometimiento terrorista del autodenominado Estado Islámico (EI), los saqueos de los recursos naturales y energéticos, la destrucción de hospitales y escuelas, así como la intervención extranjera (EE.UU.) sacude la vida de los sirios.

Al menos 1,3 millones de casas, o un tercio de todas las viviendas del país, están destruidas. Mientras que hasta septiembre de 2015, los bombardeos aéreos de la coalición liderada por EE.UU. habían dañado 196 instalaciones petrolíferas en Siria.

Los menores crecen con la guerra

El conflicto afecta a 8,4 millones de niños sirios

Cinco años de guerra han afectado profundamente a los niños sirios que han “crecido demasiado rápido” en un contexto de “violencia, miedo y desarraigo”, lamenta Unicef en un informe publicado ayer.

Unos 3,7 millones de niños sirios, es decir uno de cada tres niños, han nacido desde el 15 de marzo de 2011, fecha del inicio de la revuelta que degeneró en guerra civil en Siria, según este informe titulado “No es un lugar para los niños”.

“Todo niño de hasta cinco años no conoce la Siria que recuerdan sus padres. Las bombas han dejado en ruinas las escuelas, hospitales y parques”, denuncia el Fondo para la Infancia de las Naciones Unidas.

El conflicto afecta actualmente a 8,4 millones de niños sirios, es decir a más del 80% de los niños, ya sea en Siria o en el exilio, según Unicef.

“Cinco años después (del inicio de) la guerra, millones de niños han crecido demasiado rápido”, lamenta Peter Salama, director de la Unicef para Medio Oriente y África del Norte. “Siguen abandonando la escuela, y muchos tienen que trabajar, mientras que las niñas se casan a temprana edad”. Se estima que 2,1 millones de niños no van a la escuela.

En su informe Unicef también denuncia 1.500 “violaciones graves” perpetradas en 2015 contra niños, la mayoría de ellos víctimas de “armas explosivas”. Más de un tercio de ellos murieron en la escuela o cuando iban a esta. (I)