Ni solicitud de asilo a Bélgica ni fuga para rehuir la posible acción de la justicia. Eso sí, el expresidente de Cataluña, Carles Puigdemont, anunció ayer que no regresará a España mientras no existan garantías de que su seguridad jurídica no corre peligro.

En la esperada rueda de prensa convocada ayer en el Club Internacional de Bruselas, el cesado dirigente independentista aseguró que la mejor manera de seguir dirigiendo a su depuesto Gobierno “era trasladarse a la capital de Europa”.

Lo que no desveló es lo que hará mañana y el viernes que ha sido citado a las 09:30 hora española, para declarar como imputado ante la jueza de la Audiencia Nacional, Carmen Lamela. Otros 13 exconsejeros también fueron requeridos por la autoridad judicial.  

En un comunicado leído en castellano, catalán y francés ante decenas de periodistas, Puigdemont realizó un desesperado llamamiento a la comunidad internacional para que reaccione ante lo que considera “la actuación violenta y represiva de un Estado europeo contra la decisión democrática del pueblo de Cataluña”.

La de ayer era la primera comparecencia pública del expresidente tras la declaración de independencia realizada el pasado viernes y un breve discurso emitido el sábado desde Girona llamando a los ciudadanos catalanes a la resistencia democrática contra el artículo 155. No obstante, también pidió coherencia y prudencia al movimiento soberanista respecto a posibles eventos violentos en las calles.

Respecto a las elecciones autonómicas en Cataluña convocadas para el 21 de diciembre por el gobierno español, Puigdemont confirmó la participación de su partido, el conservador PdCat, al considerarlas como “un reto democrático” pero exigió al ejecutivo de Rajoy un compromiso real de aceptación de los resultados que emanen de las urnas “sea el que sea”.

Cuestionado sobre si esta batería de decisiones que presentó ayer de manera oficial tiene como precio “ralentizar la construcción de la república”, su respuesta fue diáfana: “Es un precio asumible por los independentistas catalanes”.

Precisamente, ayer se publicó el último sondeo del Centre d’Estudis d’Opinió (CEO), dependiente del Gobierno regional cesado, sobre el sentimiento independentista en Cataluña y los resultados volvieron a bascular a favor de la proclamación de un Estado independiente de España.

En una encuesta realizada sobre 1.500 entrevistas entre el 16 y el 29 de octubre, es decir, dos semanas después de la celebración del tumultuoso referéndum ilegalizado del 1 de octubre, el sí a la independencia obtiene el apoyo del 48,7% de los consultados frente al 43,6% que se manifiesta en contra, porcentajes que contrastan con el anterior barómetro donde el 49,4% se mostraba contrario a la secesión y el 41,1% a favor.

El expresidente, que compareció junto con los cinco consejeros de su gabinete que lo acompañaron en su viaje a Bélgica, insistió en que su salida de España “no es para pedir asilo político” sino para hacer evidente en Europa la existencia de un grave conflicto en Cataluña “que debe resolverse con diálogo y democracia”.

Carles Puigdemont y todo los miembros del Gobierno catalán se enfrentan a una petición de penas por sedición, rebelión y malversación de caudales públicos por parte de la fiscalía que asciende a casi 500 años y multas superiores a los $ 6 millones. (I)