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Ecuador, 23 de Diciembre de 2024
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El PT de Lula da Silva se prepara para comandar la oposición a Bolsonaro

Un partidario del presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro, sostiene un ataúd que representa al Partido de los Trabajadores (PT), del encarcelado expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, en una manifestación en Río de Janeiro, Brasil.
Un partidario del presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro, sostiene un ataúd que representa al Partido de los Trabajadores (PT), del encarcelado expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, en una manifestación en Río de Janeiro, Brasil.
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El Partido de los Trabajadores del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva pretende comandar la oposición al gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro, pero antes deberá sobreponerse al descrédito y resolver si toma distancias con su encarcelado y carismático líder.

Desprestigiado por la corrupción que envolvió a casi toda la clase política, el PT tuvo como verdugo en las urnas nada menos que a un exmilitar nostálgico de la dictadura (1964-1985), contra la que Lula y su organización construyeron su historia.

“Hubo un trabajo muy fuerte de descrédito del PT con fake news (...), el antipetismo creció como el anticomunismo en su época”, mencionó el excanciller de Lula, Celso Amorim.

Bolsonaro explotó a fondo el resentimiento de millones de brasileños contra la izquierda que gobernó el país de 2003 a 2016 y surfeando en la ola ultraconservadora que se abre paso en el mundo, derrotó a Fernando Haddad, el delfín de Lula, por un margen de diez puntos (55% a 45%).

Sin embargo, Bolsonaro también es el villano para millones de brasileños asustados por sus ofensas contra las minorías y su propuesta radical contra el crimen, que incluye facilitar el acceso a las armas para la “gente de bien”.

Su llegada al poder, el próximo 1º de enero, también escandaliza a feministas y ecologistas y muchos gobiernos saludaron con cautela su victoria.

“Creo que existe una gran oportunidad para que el PT y otros partidos que se quieran poner en el lado correcto de la lucha, con causas históricamente asociadas con los derechos fundamentales e individuales”, sostuvo César Zucco, politólogo de la Fundación Getúlio Vargas.

¿Desprenderse de Lula?

Con 56 diputados, el PT consiguió la mayor bancada en la Cámara baja y se quedó con seis senadores para ejercer la oposición en uno de los Congresos más fragmentados y conservadores desde el retorno de la democracia en 1985.

Bolsonaro, que catapultó al Partido Social Liberal (PSL) como segunda fuerza en la cámara, tendrá que armar una coalición a partir de un mosaico de una treintena de partidos.

Aunque el terreno parezca favorable para una izquierda que creció en la oposición al régimen militar, el PT está confrontado al dilema Lula, que desde abril purga una pena de 12 años de cárcel por lavado de activos y corrupción pasiva.

La batalla judicial para conseguir su excarcelación prácticamente consumió el trabajo político del PT, que defiende la inocencia de su fundador. “No hay un clamor generalizado para que se libere a Lula y si esa va a ser su principal bandera, el PT se dará un tiro en el pie”, sostiene Zucco.

El partido, que cuenta con una base cautiva de un 30% del electorado, está obligado a atraer a nuevas fuerzas para lograr lo que no consiguió en las elecciones: armar un gran frente contra Bolsonaro.  

Aunque ya el centroizquierdista Ciro Gomes, tercero en la primera ronda electoral, rompió con sus exaliados acusándolos de propiciar el fenómeno Bolsonaro.

“El lulopetismo se convirtió en un caudillismo corrupto y corruptor que creó una fuerza antagónica que es la mayor fuerza en Brasil hoy”, afirmó el excandidato por el Partido Democrático Trabalhista (PDT) en una entrevista publicada este miércoles por el diario Folha de Sao Paulo.

Relevo

Aun así Ricardo Musse, profesor de sociología de la Universidad de Sao Paulo y experto en el Partido de los Trabajadores, cree que el PT no está en condiciones de tomar distancias de Lula para ganar más apoyos.

“El lulismo es más grande que el PT. El partido tiene el respaldo de los trabajadores organizados, movimientos sociales, pero Lula tiene el de la masa desorganizada de la sociedad, la de los más pobres”, señaló.

Fue precisamente en la empobrecida región del nordeste de Brasil donde Haddad consiguió 20,2 millones de votos de los 47 millones que obtuvo en el balotaje.

El exalcalde de Sao Paulo solo asumió la candidatura del PT en septiembre, luego de que Lula quedara inhabilitado para competir por la presidencia. Las encuestas mostraban al exmandatario como favorito frente a Bolsonaro.

Haddad salió fortalecido de la elección, aunque su liderazgo difícilmente podrá cohesionar a las diferentes corrientes de su partido.

El PT no es un partido homogéneo (...). Va a tener un sector que intentará desvincularse de Lula; otro que conducirá la oposición política - y esa será básicamente la posición de Haddad - y habrá un sector que impulsará la resistencia social con acciones en las calles”, según Musse.

Toda esto se dará mientras avanza el proceso de renovación generacional y de estrategia político-geográfica. “El principal centro de formación de cuadros políticos del PT fue Sao Paulo (donde surgió, ndlr), pero ya comienza a tener más peso el nordeste”, concluyó el experto. (I)

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