El PT moviliza a su militancia por la candidatura de Lula en Brasil
El Partido de los Trabajadores (PT) echó este martes 14 de agosto todo su peso en la balanza con manifestaciones y una campaña de prensa, en vísperas de la inscripción de la candidatura de su líder, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, para las elecciones del 7 de octubre.
Tres columnas de un millar de personas cada una llegaron por la mañana a Brasilia, en la llamada "Marcha Nacional Lula Libre", que partió el sábado desde tres localidades a unos 50 km de la capital, para pedir que el líder de la izquierda, que desde abril purga una pena de 12 años de cárcel por supuesta corrupción, pueda participar en la contienda electoral igual que los otros doce candidatos.
Las marchas están organizadas por el PT y organizaciones sociales, como el Movimiento de trabajadores rurales Sin Tierra (MST), y a ellas se unieron simpatizantes llegados en autocares desde varios puntos del país.
El miércoles se dirigirán hacia el Tribunal Superior Electoral (TSE), donde miembros del PT, entre ellos el compañero de fórmula escogido por Lula, el exalcalde de Sao Paulo, Fernando Haddad, inscribirán su candidatura, en el último día del plazo legal.
Pero hasta entonces pasarán la noche acampados en un terreno baldío cerca del estadio Mané Garrincha, a 4,5 kilómetros del presidencial Palacio de Planalto.
Vestido con una camiseta roja con una cara de Lula estampada, Genesio Roanes, un camionero retirado, de 62 años, explica a la AFP que viajó desde Sao Paulo, a 1.000 kilómetros de Brasilia, para apoyar al expresidente, "el único candidato posible", que está "injustamente preso".
"Tengo fe en que pueda volver para mejorar todo lo que está mal. Sabemos que es la única persona a favor de los trabajadores y de los pobres", afirmó, tras mencionar los programas sociales promovidos por el exmandatario (2003-2010) que sacaron a 28 millones de personas de la pobreza.
Las marchas coinciden con una huelga de hambre que siete activistas realizan desde hace 15 días en Brasilia para pedir la libertad del expresidente.
Lula, de 72 años, es el favorito en las encuestas, con casi un tercio de las intenciones de voto (casi el doble que cualquier otro candidato). Pero su candidatura será con toda probabilidad invalidada, según juristas, dado que la Ley de Ficha Limpia, promulgada bajo su gobierno, excluye de la carrera electoral a quienes hayan sido condenados en segunda instancia, como en su caso.
El exmandatario, condenado como supuesto beneficiario de un apartamento en el litoral paulista, ofrecido por una constructora para obtener su hipotética mediación en contratos con Petrobras, enfrenta otros cinco procesos, pero declara su inocencia en todos y denuncia una persecución político-judicial para impedirle volver al poder, tal como sucede con la expresidenta Cristina Fernández de kirchner en Argentina.
"Golpe estado en cámara lenta"
Impedido también por la justica de participar en los debates televisivos, el exmandatario busca hacer llegar su mensaje a través de otros medios.
En una tribuna publicada este martes en The New York Times, Lula volvió a denunciar que su encarcelamiento en un presidio de Curitiba (sur) es la "fase más reciente de un golpe de Estado en cámara lenta diseñado para marginar de forma permanente a las fuerzas progresistas de Brasil".
"Millones de brasileños comprenden que mi encarcelamiento no tiene nada que ver con la corrupción y entienden que estoy donde estoy sólo por razones políticas", agregó.
En otra tribuna en el diario Folha de Sao Paulo, la presidenta del PT, Gleisi Hoffmann, afirmó que la candidatura de Lula encarna "la posibilidad real de superar la crisis económica, social y política" del gobierno del impopular Michel Temer, que llegó al poder en 2016 tras la destitución por el Congreso de la presidenta Dilma Rousseff, heredera política de Lula.
Una decena de juristas europeos, entre ellos el exjuez anticorrupción español Baltasar Garzón, expresó la semana pasada su preocupación por serias irregularidades en la condena de Lula, en una carta dirigida a la presidenta de la corte suprema de Brasil, Carmen Lúcia.
Apuesta arriesgada
El TSE, que tiene como máximo hasta el 17 de septiembre para juzgar la candidatura de Lula, tardará unos días, si no semanas, en decidir.
Si la candidatura de Lula es efectivamente impugnada, el PT tendría entonces poco tiempo para hacer campaña por Haddad, que probablemente lo reemplazará.
"El PT sabe que Lula no será candidato, pero su estrategia es que la fuerza de Lula llegue al límite máximo posible para que el candidato oficial, Haddad, tenga más fuerza con la transferencia de votos", explica a la AFP el analista político André César, de la consultora Hold.
"Es una apuesta arriesgada, porque en política no existe una transferencia inmediata" de votos, agrega. (I)