Primer día de Noriega recluido en cárcel panameña
El ex dictador panameño Manuel Antonio Noriega cumple este lunes el primer día recluido en una cárcel de su país por desaparición y asesinato de opositores. Anoche regresó a Panamá tras 22 años preso en Estados Unidos y Francia.
Noriega, quien deberá enfrentar a la justicia panameña por una condena a 60 años de prisión, llegó extraditado desde París, con una escala en Madrid, en un vuelo de Iberia que aterrizó en el aeropuerto de Tocúmen, unos 27 kilómetros al este de la capital, hacia las 18.07 hora local (23.07 GMT), desde donde fue trasladado en helicóptero a un helipuerto cercano a la cárcel El Renacer.
El ex dictador, al salir del aparato, fue llevado en un todoterreno hasta la puerta de la cárcel y conducido en silla de ruedas al interior del recinto, en presencia de numerosos funcionarios y decenas de periodistas que no lograron verlo bien.
Poco antes, las autoridades panameñas habían introducido de una manera similar en el recinto carcelario a otra persona, cubierta totalmente con un capote, a manera de señuelo, que engañó a los periodistas, camarógrafos y fotógrafos nacionales y extranjeros que desde las 14.00 hora local (19.00 GMT) esperaban al ex general.
La ministra de Gobierno Roxana Méndez achacó a las medidas de seguridad esa maniobra, que molestó a muchos medios de prensa.
Debido a las insistentes protestas y después de que el presidente Ricardo Martinelli dijese en Twitter que había dado instrucciones para que mostrasen a Noriega, las autoridades del penal sacaron brevemente y a larga distancia al exdictador ante los medios.
Noriega apareció en la zona de recepción del penal, sentado en una silla de ruedas, vestido de rojo y, tras hablar con el director del Sistema Penitenciario, Ángel Calderón, y otras personas, fue reintroducido en el recinto. Calderón justificó la breve presencia y la larga distancia desde que se vio a Noriega por las recomendaciones del médico ante la lluvia que había caído poco antes.
"Es lo más que podemos acercarnos con él", dijo Calderón a los medios de comunicación que aguardaban la aparición del ex dictador.
Méndez aseguró que otro motivo fue respetar los deseos del reo, quien "no quería ser parte de un circo mediático", dijo.
El médico Jorge Yerwood, que examinó a Noriega a su llegada a la prisión, declaró que el ex dictador no puede manejarse por sí mismo en un cien por ciento, tiene dificultades para moverse, ha sufrido un derrame y no está en condiciones físicas para ser esposado.
Mientras Noriega llegaba al centro penal, situado a unos 40 kilómetros al norte de la capital, un grupo de familiares de víctimas de sus crímenes se manifestó pacíficamente con pancartas, pese a que las autoridades habían prohibido acercarse al perímetro.
El gobierno y las autoridades penitenciarias de Panamá han dispuesto para alojar al ex dictador una celda común en El Renacer, un penal que se encuentra en una zona selvática que cuando Noriega ostentaba el poder, estaba bajo control del Ejército estadounidense.
Las autoridades panameñas tuvieron que salvar diferentes obstáculos legales para conseguir su extradición desde Francia, donde el hombre que ejerció el poder de facto en Panamá entre 1983 y 1989, cumplió desde 2010 una condena por lavado de dinero.
Anteriormente, el ex dictador tuvo que purgar una condena por narcotráfico en Estados Unidos, a donde fue llevado en enero de 1990 tras entregarse a las tropas estadounidenses que habían invadido el país el mes anterior para lograr su captura y acabar con su régimen.
El ex dictador, de 77 años y que tiene problemas de salud derivados de un accidente cardiovascular, ocupa una celda normal y "sin lujos", según han insistido en repetir las autoridades.
El septuagenario ex militar debe afrontar condenas por los homicidios del médico opositor Hugo Spadafora y del mayor Moisés Giroldi, que suman ambas 40 años de prisión, así como por la desaparición de otras dos personas y acusaciones de violación a los derechos humanos.
Noriega, destituido y expulsado del Ejército tras la llegada al poder de Guillermo Endara (1989-1994), el primer presidente en democracia desde 1968, aspira a recibir el beneficio de "casa por cárcel", según sus abogados.
Las leyes panameñas dan a los jueces la capacidad de conceder ese beneficio a los reos de más de 71 años y que padezcan enfermedades graves, pero sus oponentes han destacado que ese beneficio no incluye a los condenados por delitos de lesa humanidad, como los del ex militar.