El presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, respondió este miércoles ante el Parlamento a las preguntas planteadas por un grupo de legisladores sobre presuntas irregularidades en su Gobierno.

Se trata de la primera vez que un mandatario iraní en los 33 años de historia de la República Islámica es sometido por el Legislativo a este tipo de interrogatorio.

El diputado Ali Motahari, un ultraconservador islámico encarnizado oponente de Ahmadineyad y su entorno, leyó las diez preguntas que el presidente debía responder y por las que, en caso de no satisfacer a la Cámara, le podrían llevar a una moción de censura.

Los legisladores cuestionaron su manejo de la economía y sus diferencias públicas con el líder supremo iraní, el ayatola Ali Khamenei.

En el interrogatorio Ahmadineyad negó haber mostrado insumisión al líder supremo, el pasado año, cuando este repuso en su puesto al ministro de Inteligencia, previamente destituido por el gobernante.

También defendió la eliminación de subsidios debido a las sanciones internacionales y la crisis mundial. Indicó que han favorecido a la economía del país y en especial al sector productivo esencial, que ha crecido en una situación difícil, pese a las importantes subidas de precios.

Ahmadineyad aseguró que Irán ha crecido más en el último año iraní, que finalizará el próximo 20 de marzo, que en el año anterior.

Sobre la escasez de medios y divisas para el desarrollo de ciudades grandes, contestó que en su periodo ha multiplicado la ayuda para sectores como el transporte, tanto autobuses como el metro de Teherán, y la construcción.

También defendió los presupuestos para crear empleo en el país como avalados por las cifras del Banco Central.

Una hora duró la comparecencia de Ahmadineyad, en la que dijo a los legisladores que lo menos que pueden hacer es apoyar sus acciones de lo contrario sería un "Parlamento cobarde y desleal" con el gobierno.