El presidente ucraniano, Piotr Poroshenko, afirmó hoy que un reciente tiroteo en el occidente del país fue parte de un ajuste de cuentas entre grupos criminales para controlar el contrabando fronterizo.

Tras reunir en esta capital al Consejo Nacional de Seguridad, Poroshenko se refirió así al enfrentamiento ocurrido el pasado sábado en la ciudad de Mukashevo, en la occidental región de Zakarpatia, con saldo de al menos tres muertos y 11 heridos.

Unos 20 miembros del neofascista movimiento Sector de Derecha (PS) chocaron con estructuras de protección de empresas locales, tras lo cual intervino la policía, contra la que los paramilitares dispararon con lanzagranadas y ametralladoras.

Luego de la escaramuza, Poroshenko ordenó una operación comando para bloquear, desarmar y apresar a los ultranacionalistas, pero estos lograron escapar hacia una zona boscosa aledaña a Mukashevo, sin que después se reportara algún arresto por la policía.

Sin embargo, el incidente llevó al máximo dirigente de PS, Dmitri Yarosh, a convocar manifestaciones en todo el país de apoyo a sus correligionarios y para demandar la renuncia del ministro del Interior Arsen Avakov y de una limpieza en los órganos del orden público.

PS, prohibida desde noviembre pasado en Rusia, fue la fuerza de choque de las protestas violentas que en febrero de 2014 desembocaron en la salida por la fuerza del poder del entonces presidente Viktor Yanukovich.

Con la instauración de un gobierno golpista en Kiev, gran parte de PS conformó los más de 53.000 miembros de la nueva Guardia Nacional que desde abril del pasado año participa junto al ejército en operaciones de castigo en Donetsk y Lugansk, en el sureste.

La televisión local especula que tras conocer la orden de Poroshenko, varias decenas de miembros de la organización ultraderechista dejaron sus puestos en el sureste ucraniano para participar el domingo próximo en una protesta en esta urbe.

En las acciones bélicas de Donetsk y Lugansk perecieron más de seis mil 500 personas, en su gran mayoría civiles. Muchos de los 10.000 miembros de PS son demandados por crímenes de guerra. (I)