Tras estar cuatro años alejado de la presidencia, el próximo 11 de marzo Sebastián Piñera Echenique retornará a La Moneda y llegará con un paquete de 745 medidas que componen su programa de gobierno (2018-2022), denominado ‘Construyamos Tiempos Mejores para Chile’.

El derechista tomará la posta a la socialista Michelle Bachelet Jeria en la presidencia que ya ejerció entre marzo de 2010 y marzo de 2014.

El triunfo del multimillonario, el domingo 17 de diciembre, en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales chilenas, fue una nueva señal del giro de Sudamérica a la derecha y un nuevo revés para la izquierda. Abanderado de Chile Vamos, Piñera se impuso a Alejandro Guillier, el candidato de la agrupación oficialista de centroizquierda Nueva Mayoría, con el 54,58% de los votos, una ventaja de casi 10 puntos.

“Se escuchó fuerte y clara la voz de los chilenos. Unidos vamos a transformar a Chile en un país desarrollado, en un país sin pobreza”, prometió Piñera tras su victoria.

Para Paulo Velasco, catedrático de la Universidad Estatal de Río de Janeiro, su triunfo confirma la tendencia que se observa en los últimos años en la región latinoamericana. “Ya no vivimos la época en que los gobiernos progresistas se mantenían muchos años en el poder”.

Pero esto no significa que haya un cambio radical en la política interna de Chile, estima el politólogo chileno Patricio Navia. “Los chilenos querían cambios pero que no fueran radicales. La gente sabe que el país seguirá en líneas generales por el mismo rumbo. Piñera fue inteligente al dar un mensaje de optimismo, de política moderada, y enfocado en el futuro”.

Y es que Piñera, aunque se lo tilde de líder de derechas neoliberal, tiene una formación más de centro y le gusta gobernar desde el consenso,  considera Héctor Soto, columnista del diario santiaguino La Tercera. 

A pesar de que su primer gobierno estuvo marcado por un descontento popular ante sus políticas, evidenciado en continuas protestas, entre sus logros se destacan la creación de casi un millón de empleos y el crecimiento del país en un 5,3% en promedio. Mientras en la administración saliente de Bachelet bordeará apenas el 2,1%, el más bajo en los últimos 27 años, según datos del Ministerio de Hacienda.  

De cumplirse esta proyección, la cifra sería mucho menor de lo que logró la mandataria durante su primer periodo, entre 2006 y 2009, cuando el crecimiento promedió 3,3%.

Primer objetivo: consensos

Los retos que tendrá el país bajo Piñera serán acelerar la economía, aumentar el empleo; resolver el debate sobre reformas al sistema educativo y tributario; y determinar si el país debe o no redactar una nueva Constitución propia de su era democrática.

Y lograrlo no será sencillo porque a pesar del triunfo obtenido en el balotaje, el magnate tendrá que pactar las reformas de su futuro Gobierno con la oposición, toda vez que la coalición de derechas que le apoya carece de mayoría absoluta en el futuro Parlamento.

“Creo que no solo el mandatario electo, sino todos los partidos políticos representados en el Congreso, tendrán que ir por la vía del diálogo”, menciona Marco Moreno, catedrático de la Universidad Central de Chile.

En la Cámara Alta, la coalición del presidente electo contará con solo 20 senadores y no alcanza la mayoría, ya que los demás partidos suman un total de 23 escaños.

En tanto, la Cámara de Diputados está formada por 73 diputados de la alianza conservadora Chile Vamos, frente a un bloque opositor de centro izquierda integrado por 82 diputados en el que la Democracia Cristiana (DC) debe decidir si apoya a fuerzas situadas a su izquierda o si opta por un camino propio hacia el centro político.

Claudio Fuentes, académico de la Escuela de Ciencia Política de la Universidad Diego Portales, agrega que Piñera ya enfrentó un escenario de minoría en su primer gobierno y que supo negociar con disidentes. “La estrategia que seguirá seguramente será generar acuerdos políticos por cada ley con sectores más moderados, como la DC y algunos independientes. Por lo tanto, la DC se transformará de nuevo en un partido muy relevante a la hora de la toma de decisiones”.

Promesas de gobierno

Piñera, un tecnócrata confeso, anunció que, en su segundo mandato, buscará revertir o modificar aspectos de las reformas promulgadas por la administración Bachelet en materia tributaria y educativa y en la ley que despenaliza el aborto. A su juicio, estas políticas han arrastrado a la economía del país a su peor desempeño en casi una década.

“Estamos perdiendo el rumbo porque el gobierno de la Nueva Mayoría ha conducido a Chile por el camino equivocado. Hoy, prácticamente, no crecemos ni se crean empleos de calidad, los salarios y las pensiones se estancan, la delincuencia avanza y la salud está en crisis. La calidad de la educación retrocede y respiramos un aire contaminado por las divisiones, las frustraciones y la desesperanza”, resume Piñera en el dossier de su programa de gobierno al realizar un balance de la gestión de Bachelet. 

Pero en la campaña de la segunda vuelta adoptó un discurso más de centro, enfocado a la clase media y admitió que mantendrá la gratuidad universitaria y la extenderá a los centros de formación técnica.

Con un programa que prevé un gasto de $ 14.000 millones y que ha sido criticado por adelantar recortes en algunos programas sociales que no han sido especificados, el mandatario electo asegura que recuperará el liderazgo y la capacidad de crecimiento del país, impulsará la creación de empleos de calidad y reducirá la pobreza y la desigualdad.

De acuerdo con Piñera, impulsará medidas para lograr que el crecimiento del país alcance el 3,5% hacia el final de su nuevo mandato (2022), lo que permitiría recaudar     $ 7.000 millones con los que busca financiar la mitad de su programa de gobierno. Pero lograr subir en un punto el crecimiento tendencial de la economía no parece una tarea fácil. 

La agencia de calificación de riesgo Moody’s ya advirtió sobre esas dificultades, en la primera vuelta de las elecciones. “Volver a niveles superiores del crecimiento tendencial del 3% resultará difícil, independientemente de quién gane, debido a las perspectivas del sector minero”.

“Claramente no cumple con las expectativas de Piñera”, dice Claudio Fuentes, respecto a la proyección de Moody’s. “Por lo que dependerá de que pueda ir generando las condiciones en términos de una asociatividad público privada, de una plataforma industrial mucho más potente asociada a una cuarta revolución industrial”.

Clase media protegida

Otra de las propuestas es la “Intermediación laboral en caso de desempleo”, y apunta a facilitar la rápida reincorporación al mercado laboral de quien caiga en desempleo.

Piñera propone mejorar las pensiones de los adultos mayores más vulnerables. Para esto, sostiene que se incrementarán ‘los aportes fiscales al sistema Pilar Solidario en un 42%, para aumentar la pensión básica y el aporte previsional, extendiendo su cobertura hacia la clase media’. Según el documento de campaña, los beneficiarios inmediatos serán 1,4 millones de pensionados.

Se espera construir 30 nuevos hospitales públicos con 7.000 camas, en un plazo de seis a ocho años.

Educación y reelección presidencial inmediata

La hoja de ruta de Piñera en el sector de la educación subvencionada por el Estado,  propone volver al copago y que los padres tengan el ‘derecho a elegir la educación de sus hijos y aportar voluntariamente a mejorar la calidad’.

Para los demás establecimientos se permitirán criterios de admisión de hasta un 30% de la matrícula en favor de alumnos vulnerables o migrantes. En el ámbito de la educación superior, quiere mantener el beneficio de la gratuidad para los estudiantes que hayan accedido a ella o tengan derecho en el futuro.

El mandatario electo  quiere  un cambio en el periodo presidencial, introduciendo la reelección inmediata por una única vez y extender el período a seis años.

También propone establecer un límite a la reelección de los parlamentarios.

Piñera, además, quiere reducir de 10 a nueve los integrantes del Tribunal Constitucional para evitar que asuntos de gran importancia sean deliberados por el voto dirimente de su presidente.

Además anunció la creación de una ‘Contraloría Independiente’ que tendrá la labor de fiscalizar al Congreso en términos de transparencia y buen proceder.

Antes que político, un empresario e inversionista

Sebastián Piñera es ingeniero comercial con mención en Economía de la Pontificia Universidad Católica de Chile y máster y doctor en Economía de la Universidad de Harvard, Estados Unidos.

Militante del partido derechista Renovación Nacional, fue candidato a senador entre 1990 y 1998. En 2005 se enfrentó a Michelle Bachelet por las presidenciales, representando a la coalición de derecha, en ese entonces llamada “Alianza por Chile”. Logró el 46,5%  de los votos, los que no le alcanzaron para gobernar el país.

En 2009 se lanzó por segunda vez por la carrera presidencial y en enero de 2010 ganó con el 51,6% de los sufragios y gobernó hasta marzo de 2014.

En los recientes comicios fue la carta de la derecha en el pacto ‘Chile Vamos’, donde venció ante el candidato oficialista, Alejandro Guillier, y aseguró su segundo mandato hasta 2022.

Antes que político, Piñera es empresario. Se inició en el sector inmobiliario con la constructora Coltén desde donde saltó a las finanzas para presidir el primer banco de negocios de Chile: Citicorp. Luego creó la empresa que introdujo el pago por tarjetas. Creó las empresas CMB S.A.; Inmobiliaria Aconcagua; Inmobiliaria Las Américas S.A.; y Editorial Los Andes.

También fue inversionista de las aerolíneas Lan Chile -hoy Latam Airlines- tras la fusión con Brasil TAM líneas Aéreas. Además obtuvo la filial chilena de Apple, lideró la cadena televisiva Chilevisión y formó parte de la junta del equipo de fútbol Colo-Colo con la sociedad anónima Blanco y Negro, representando un revés para el Club Social y Deportivo del cuadro local con más adeptos.

En 2017 logró un capital estimado en $ 2.700 millones, según la revista Forbes.

Piñera se ha visto involucrado en conflictos de interés porque nunca se desligó de las empresas aún siendo presidente. Su imagen también está asociada con el fallecido dictador Augusto Pinochet, con quien se solidarizó cuando fue arrestado en 1998, en Londres. (I) et