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Nuevamente está sobre la mesa la incompatibilidad entre negocios y política

Piñera afronta problemas por conflictos de intereses

El expresidente de Chile, Sebastián Piñera (2010 y 2014), fue citado a los tribunales para el 5 de abril.
El expresidente de Chile, Sebastián Piñera (2010 y 2014), fue citado a los tribunales para el 5 de abril.
Foto: T13
09 de marzo de 2017 - 00:00 - Alejandro Tapia, corresponsal en Santiago de Chile

Llegó marzo, mes que en Chile da inicio al año laboral, escolar y político. A diferencia de otros años, se prevé especialmente movido, ya que ahora deberán despegar de manera definitiva las candidaturas presidenciales con miras a las elecciones de noviembre. Aunque el ex Presidente Sebastián Piñera (centroderecha) aún no confirma su candidatura, corre como favorito según las encuestas. Sin embargo, en la última semana se ha visto envuelto en una serie de casos que podrían complicar su ambición por regresar a La Moneda tras su gestión entre 2010 y 2014.

Si Piñera, uno de los empresarios más ricos del país, ya fue cuestionado durante la campaña de 2009 por la relación entre sus negocios y la política, ahora los dardos van en ese mismo sentido. Actualmente la fiscalía lo investiga por una denuncia por supuesta negociación incompatible y uso de información privilegiada por una inversión familiar en la pesquera Exalmar, en Perú, en pleno litigio entre ambos países por la frontera marítima en La Haya, mientras él era jefe de Estado.

Este caso se remonta a noviembre, cuando la prensa local reveló que Bancard, empresa de Piñera a través de la cual realiza operaciones de inversión en el exterior, compró acciones de Exalmar. Si bien cuando Piñera asumió la Presidencia en marzo de 2010 dejó su fortuna en un fideicomiso ciego, esto solo incluyó sus negocios en Chile. El diputado comunista, Hugo Gutiérrez, presentó una querella contra el exmandatario y la fiscalía le dio un plazo de 90 días para que entregue todos los correos que confirmarían –según la acusación- que siempre siguió de cerca los movimientos accionarios de la compañía peruana Exalmar.

Piñera regresó a Santiago la semana pasada luego de sus vacaciones de verano y señaló que ya entregó todos los correos “relevantes” al Ministerio Público. Además insistió en su inocencia, mientras que el abogado de Bancard señaló que él pidió voluntariamente declarar ante la fiscalía en la causa que figura como querellado. Por este caso, una comisión legislativa decidió citar a Sebastián Piñera Morel, hijo del ex Presidente, para el próximo 5 de abril.

A este complejo panorama para Sebastián Piñera se sumó esta semana otro caso. El lunes, la fiscalía dijo que podría investigar al exgobernante por su supuesta participación en un negocio minero durante su gestión. Se trata de un caso que se remonta a 2010, cuando a poco de haber asumido el mando en La Moneda, solicitó cancelar un controvertido proyecto termoeléctrico en el norte, dado su impacto ambiental en una reserva marina adyacente. El problema es que, según una investigación de radio Bío Bío, Piñera habría omitido que él era uno de los mayores accionistas de una sociedad que planificaba un proyecto minero en la misma zona. Meses más tarde vendió su participación en este negocio.

El aspirante, que esperaba confirmar su nueva candidatura presidencial precisamente este mes, no demoró en responder los dardos en su contra. “Algunos personeros de la Nueva Mayoría, están desarrollando una canallesca y sistemática campaña sucia, cuyo objetivo es tratar de enlodar mi trayectoria y confundir a la opinión pública con un claro propósito que es el de impedir o dificultar una eventual candidatura presidencial por mi parte”, afirmó Piñera, en clara alusión al diputado Gutiérrez, cuyo Partido Comunista forma parte de la alianza oficialista Nueva Mayoría de Michelle Bachelet.

“El diputado Gutiérrez ha abusado del Poder Judicial para conseguir sus objetivos políticos. Comprendo la desesperación de algunos sectores de la Nueva Mayoría, pues muchos de ellos no conocen la palabra trabajo”, agregó el ex Presidente, en tono irónico. Pero sus dichos abrieron de inmediato un fuego cruzado con el gobierno de Bachelet. Así, La Moneda lanzó también su propia munición. A través de la vocera Paula Narváez, el gobierno le pidió a Piñera ‘cuidar el lenguaje y elevar el nivel del debate’.

“Es muy importante hacer pedagogía, cuidar nuestro lenguaje, elevar el nivel del debate y ese es el llamado que hace el gobierno. La ciudadanía no espera políticos peleándose ni políticos tirándose culpas unos a otros”, agregó la portavoz presidencial. Pero esto no quedó ahí. Luego, los jefes de la bancada oficialista en el Congreso lo acusaron de tener ‘una ambición sin límites desprovista de toda ética’. Por supuesto el piñerismo se defendió. Andrés Chadwick, exministro y director de la Fundación Avanza Chile, señaló: “Piñera no necesita de ningún gobierno para ganar plata (dinero)”. Además denunció una campaña sucia.

A diferencia de la brega presidencial de 2009, el hoy señalado empresario ahora no ha despertado tanto entusiasmo ciudadano, aunque por ahora lidera las encuestas.
Según la última encuesta Cadem, Piñera posee el 26% de intención de voto, mientras que el senador pro oficialista, Alejandro Guillier, tiene el 18%. Mucho más atrás figuran el ex Presidente Lagos y el exsecretario general de la OEA, José Miguel Insulza. Tanto Piñera como Guillier, ganarían por amplio margen las primarias en sus respectivos conglomerados políticos. (I)

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