Pese a la crisis, los inmigrantes están "satisfechos" en España, según estudio
Tienen un desempleo superior al de los españoles, salarios más bajos y peores condiciones de vida, sin embargo los inmigrantes dicen, en su mayoría, sentirse "satisfechos" de vivir en España y querer quedarse, según un estudio presentado este martes en Madrid.
Sumida en la crisis desde 2008, la cuarta economía de la Eurozona tiene un desempleo medio de 26%, "pero la tasa de paro para la inmigración es 14,1% más alta", explicó la investigadora Ileana Ligia Mihaila, coautora de "Claves de la integración de las personas inmigrante en España en 2013", estudio realizado para la fundación marianista SM.
Encabezados por rumanos (19%), marroquíes (18,8%), ecuatorianos (9,4%) y colombianos (6,1%), los inmigrantes en España "cobran menos, 1.200 euros (mensuales) es el máximo", aseguró el sociólogo Antonio Gutiérrez. "Y sus puestos de trabajo son peores, por lo tanto es obvio que la crisis la soportan con más dificultades", añadió.
Sin embargo, "y aquí se produce la paradoja, a pesar de ello están razonablemente satisfechos" de vivir en España y "el 57% desea quedarse definitivamente en nuestro país", agregó.
Según el estudio, elaborado a partir de 2.349 entrevistas realizadas entre febrero y marzo de 2011 a inmigrantes de 18 a 65 años, un 62,9% se declara "muy o bastante satisfecho" con su trabajo o estudios (frente a 35,9% "poco o nada satisfecho"), 44,2% con su situación económica (55% poco o nada) y 87,8% con sus relaciones con los demás (frente a 11,3%).
Asimismo, un 42,4% considera que "se cumplieron completamente o bastante" y un 40% que "se cumplieron a medias" los objetivos que se fijaron al llegar. "Para el 15% se cumplieron muy poco, nada o casi nada", señala.
Tras decrecer rápidamente con el estallido de la crisis, el número de extranjeros residentes en España cayó por primera vez en 2011 (-0,7%), según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Sin embargo, este descenso estuvo protagonizado muy mayoritariamente por los latinoamericanos, mientras los inmigrantes de otras regiones continuaron incrementando su presencia.
"Es obvio que si aquí están razonablemente satisfechos es porque en sus países las condiciones son peores tanto desde un punto de vista económico (...) como democrático", afirma Mihaila.
España, que en 1996 tenía unos 500.000 inmigrantes legales, vio esta cifra dispararse a cinco millones en 2006. En enero de 2012 eran 5,7 millones (12% de la población), según el INE.