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Luz Salgado preside el Parlamento

Peruanos por el Kambio gobierna, pero el fujimorismo tiene el poder legislativo

Luz Salgado toma posesión como presidenta del Congreso en una ceremonia realizada la semana pasada y presidida por Kengi Fujimori (atrás), en Lima.
Luz Salgado toma posesión como presidenta del Congreso en una ceremonia realizada la semana pasada y presidida por Kengi Fujimori (atrás), en Lima.
Foto: AFP
28 de julio de 2016 - 00:00 - Víctor Vimos, corresponsal en Lima

En el Congreso de Perú, instalado este martes para legislar durante el periodo 2016-2021, que 23 congresistas voten en blanco ante la elección de la Presidencia, no modificó nada.     

Luz Salgado, de 67 años de edad (foto), fujimorista electa por sexta vez en su carrera política para ocupar funciones legislativas, asumió la presidencia del parlamento tras una holgada victoria en la que obtuvo 87 votos a favor, sobre las abstenciones de los miembros del gobiernista Peruanos Por el Kambio (18), y la bancada de Acción Popular (5). Estas abstenciones respondieron a la ausencia de una invitación formal para que los miembros de estos partidos acompañaran a Salgado en la lista para presidir el parlamento.

Desde hace dos semanas, cuando su nombre fue nominado por Fuerza Popular como la opción más idónea para ocupar este cargo, se sabía que la elección del pasado martes sería solo un trámite. Con un pleno dominado por el fujimorismo, Salgado tenía todo a su favor.  Aun así, el izquierdista Frente Amplio, segunda fuerza política en este poder del Estado, presentó una lista alterna en la elección, obteniendo el respaldo de los 20 congresistas de su bancada.

Tras confirmarse que presidirá la Mesa Directiva del Congreso, máxima instancia dentro del legislativo, Luz Salgado emitió un discurso que ha sido elogiado por opositores y coidearios, quienes lo definen bajo un mismo nombre: conciliador.   

Aseguró, de entrada, que el Congreso por ella presidido no será “paralizante ni negativo” frente a las propuestas que lleguen desde el Poder Ejecutivo. Garantizó que la búsqueda política se centrará en lograr un equilibrio entre los diferentes estamentos del Estado, intentando responder a la exigencia popular que pide celeridad y acciones complementarias entre el Gobierno, Congreso y Justicia.

Pero quizá la posición que más llamó la atención fue la expuesta frente al respeto irrestricto a las vías legales de ejercicio del poder: “nunca más se repetirán en el país rupturas constitucionales, porque aquí estamos comprometidos con la defensa de la patria”, sostuvo Salgado, una acérrima defensora de Alberto Fujimori en los años en los que este disolviera el Congreso y asumiera el control de todos los poderes constitucionales en el Perú.

Al terminar su intervención, Salgado dejó claro que el progreso que ha vivido en los últimos 20 años este país se debe, en parte, a la constitución fujimorista que lo orienta, elogiando lo actuado por su bancada y evidenciando la incidencia que los seguidores de Fujimori han tenido en los destinos sociales y económicos del Perú.

No obstante, esta nueva configuración de fuerzas políticas ha hecho que, en el debate nacional, el Congreso sea el principal obstáculo a superar para el cumplimiento de las metas trazadas por el nuevo presidente, Pedro Pablo Kuczynski. No es para menos. Tras su apretada derrota en las urnas en las elecciones presidenciales y pese al discurso conciliador de Salgado, el fujimorismo se ha encargado de emitir señales reiteradas de su escasa vocación para el diálogo y el acuerdo con los nuevos actores políticos.

Las declaraciones de sus voceros (desde frases como “Ya saben de quién es el Congreso”, hasta “No estamos para escuchar a las minorías”) han anticipado las condiciones complejas que el Ejecutivo hallará a la hora de proponer leyes o atributos especiales que faciliten la gobernabilidad.

Con una mayoría en el Congreso, Fuerza Popular tendrá plena libertad para aprobar leyes que definen las funciones y competencias de los poderes del Estado, gobiernos regionales y municipales, y la explotación de recursos naturales, entre otros temas. De tal forma que PPK tendrá que formar alianzas, caso contrario el fujimorismo podría bloquear sus planes. (I)  

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