Peligra el alto el fuego en Ucrania
El alto el fuego en el este de Ucrania peligraba este lunes, mientras Kiev acusaba a los separatistas prorrusos de seguir combatiendo y ambos bandos afirmaban que no retirarán las armas pesadas del frente, contrariamente a lo previsto en los acuerdos de Minsk.
"Por el momento no se trata de retirar las armas pesadas. ¿Cómo pueden retirarse las armas si los rebeldes intentan atacarnos con tanques y nos disparan en permanencia?", señaló el portavoz Vladislav Selezniov.
Un responsable militar separatista afirmó que los rebeldes tampoco retirarán las armas pesadas. Esto "sólo se puede llevar a cabo bajo ciertas condiciones y, en particular, el cese total de los disparos", declaró Eduard Basurin, que acusó al ejército ucraniano de tirar contra el aeropuerto de Donetsk.
Los acuerdos alcanzados el jueves en Minsk preveían un alto el fuego, que entró en vigor el sábado a las 22:00 GMT, y la retirada de las armas pesadas del frente, este lunes a la misma hora.
Pero, mientras los observadores internacionales aseguraban que la tregua había sido ampliamente respetada, seguían los bombardeos sobre Debaltseve, una ciudad estratégica que conecta por ferrocarril los bastiones separatistas de Donetsk y Lugansk.
Miles de soldados ucranianos están atrapados en esa localidad, rodeados por los rebeldes prorrusos.
Observadores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) aseguraron que intentarán entrar en Debaltseve este lunes, después de que los separatistas les impidieran el acceso el domingo.
El ministro ucraniano de Relaciones Exteriores, Pavlo Klimkin, acusó a los separatistas de no respetar lo pactado en Minsk.
Otro portavoz militar, Dmitro Chali, indicó, por su parte, que al menos cinco soldados ucranianos murieron y 22 resultaron heridos por fuego rebelde en el pueblo de Chirokin, cerca de la ciudad costera de Mariupol, desde el inicio del alto el fuego.
Los acuerdos de Minsk, conseguidos tras arduas negociaciones en las que participaron Ucrania, Rusia, Alemania y Francia, intentan poner fin a un conflicto que ha causado casi 5.500 muertos en 10 meses.