El Parlamento británico aprobó ayer por amplia mayoría convocar a elecciones generales anticipadas para el próximo 8 de junio, como pidió esta semana la primera ministra Theresa May, antes del inicio de negociaciones por la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea (UE).

La Cámara de los Comunes aprobó la moción con 522 votos a favor y 13 en contra, más de los dos tercios necesarios para autorizar unos comicios nacionales en el país. Tanto la bancada laborista como los liberales democráticos apoyaron el pedido de May, quien, según las últimas encuestas, ganará las elecciones con una amplia mayoría de votos, con una diferencia de hasta 20 puntos sobre el laborismo.

Previo a la votación clave en el Parlamento, May dijo que Gran Bretaña saldrá de la UE “y no habrá vuelta atrás”, al indicar que una victoria le dará “más libertad” y “más tiempo” para dirigir con “mano más fuerte” el itinerario del Brexit.

“Pediré a los británicos el mandato para completar el proceso de salida y que tenga éxito”, dijo la jefa del Partido Conservador, que fue vitoreada por su bancada.

Una victoria en las urnas le dará a May la legitimidad democrática que carece hasta el momento al no ser votada como cabeza de lista, sino asumir en reemplazo de su predecesor, David Cameron, quien renunció tras perder el referéndum de junio pasado.

En la actualidad, los conservadores cuentan con una pequeña mayoría de 17 escaños en el Parlamento, que May quiere ampliar a 100 bancadas. Los “tories” poseen 330 de los 650 escaños en la Cámara de los Comunes.

La mandataria, que cuenta con un amplio apoyo popular de acuerdo a los sondeos, iniciará su campaña electoral en el noroeste de Inglaterra, un bastión histórico laborista.

“Es correcto y responsable convocar a elecciones generales para proveer de cinco años de estabilidad y certidumbre, ayudando a Gran Bretaña a salir de la UE”, indicó May ante los legisladores.

Por su parte, el jefe de la oposición laborista, Jeremy Corbyn, que, según las encuestas, está perdiendo más apoyo de los electores laboristas, se mostró a favor de la decisión por unas elecciones anticipadas, pero dijo que los comicios no deben solo enfocarse en el Brexit, sino también en la situación de las escuelas y hospitales que enfrentan importantes recortes presupuestarios.

Corbyn acusó a los conservadores de no haber cumplido con las promesas hechas en materia de educación, salud y economía durante siete años de gobierno.

“La convocatoria de elecciones es bienvenida, pero la primera ministra dijo que no las convocaría. Es una primera ministra en la que no se puede confiar”, afirmó Corbyn durante una acalorada sesión de preguntas y respuestas con May, a quien acusó de “huir” de los debates televisivos en los que se niega a participar.

Tras la votación de este miércoles, las sesiones parlamentarias serán suspendidas el próximo 3 de mayo, luego de que May se reunirá  con la reina Isabel II para informarle del cronograma de las elecciones.

Por su parte, el jefe de los liberales democráticos, Tim Farron, dijo que los comicios del 8 de junio serán una oportunidad para cambiar el curso político del país y su relación con la UE.

Farron pidió a los electores que voten por su agrupación para que Gran Bretaña “opte por un Brexit suave”, preferiblemente al permanecer dentro del mercado común europeo.

El jefe de los ‘Lib-Dems’ inició ayer su campaña electoral tras participar de un acto político en el sur de Londres.

Los problemas del laborismo, el avance de los independentistas escoceses y la demanda de estos últimos por un nuevo referendo de secesión constituyen la gran amenaza interna para May.

Al respecto, la jefa del gobierno regional escocés, Nicola Sturgeon, del Partido Nacional Escocés (SNP), advirtió ayer ante el Parlamento británico, que su victoria en la región del norte -donde se reparten 59 escaños- es esencial.

“Que nadie se equivoque, si el SNP gana estas elecciones en Escocia y los conservadores no, se desmoronaría el intento de Theresa May de bloquear nuestro mandato para dar a Escocia un voto sobre su futuro”, expresó Sturgeon.

Las elecciones de junio se celebrarán dos años después de que los conservadores, bajo David Cameron, ganaron con una escasa mayoría los comicios de mayo de 2015.

La cita electoral coincidirá además con el principio de las negociaciones para la salida de Reino Unido de la UE, previstas en el mismo mes, según la hoja de ruta con la que se debería llegar a tener un acuerdo en otoño de 2018.

En las últimas encuestas de opinión, los conservadores tienen entre el 40% y 45% de apoyo de los electores, mientras que el laborismo, entre el 20% y 23%, una diferencia de unos 20 puntos.

Según un sondeo publicado por el diario The Times, los conservadores ampliarían su ventaja a más de 100 diputados, mientras que los laboristas, de corroborarse las encuestas podrían perder hasta 60 bancas.

El sector empresarial del Reino Unido se mostró esperanzado que una victoria por amplia mayoría de los conservadores permita a May implementar una postura más suave por la salida de la UE, posiblemente llegando a acuerdos con Bruselas sobre el mercado común europeo o el tema inmigratorio.

Para el diario The Guardian, unas elecciones anticipadas le permitirán mostrar a May que el Brexit es irreversible y si gana con una amplia mayoría “barrerá las últimas esperanzas de invertir la decisión ‘aberrante’ de junio pasado”.

Por su parte, el ultraderechista Daily Mail, que tiene un lineamiento fuertemente antieuropeo, dio por descontada la victoria holgada de los conservadores y reclamó en portada “aplastar a los saboteadores” que se oponen al Brexit. (I)

DATOS

Las nuevas políticas antimigratorias, tras el Brexit, pueden ahuyentar a los profesionales, y una tasa de migración más baja puede tener un enorme impacto en los sectores de agricultura, hotelería, ventas al detal y medicina.

La tasa de migrantes a Reino Unido bajó a 273.000 de enero a septiembre de 2016, es decir, 49.000 menos que en 2015.

Gian Maria Milesi-Ferretti, jefe adjunto económico del Fondo Monetario Internacional (FMI), indicó que la economía sigue creciendo por la estabilidad de la demanda de los consumidores. (I)