El Papa dijo en Bulgaria que para amar a alguien no sirve pedir "el currículum"
El papa remarcó este lunes 6 de mayo, que para amar a los demás no hace falta pedirles "el currículum" y que toda persona es hija de Dios, independientemente de su etnia o confesión religiosa, durante el encuentro con la comunidad católica en la iglesia del Arcángel San Miguel en la localidad de Rakovski, en Bulgaria.
Francisco viajó a este pequeño pueblo, de mayoría católica y donde viven cerca un tercio de los 68.000 católicos presentes en Bulgaria, dentro de la gira que comenzó este domingo y que incluye desde mañana Macedonia.
Ante varios centenares de personas, el papa recordó que esta mañana visitó el centro de refugiados de Vrazhedebna, donde pudo encontrar a personas "que buscan un contexto de vida mejor".
"Allí me dijeron que el corazón del centro nace de la conciencia de que toda persona es hija de Dios, independientemente de su etnia o confesión religiosa. Para amar a alguien no hay necesidad de exigir o pedirle un curriculum vitae", subrayó Francisco.
Explicó que los voluntarios de Cáritas que acuden a ayudar a este centro son muchos cristianos que aprendieron a ver con los mismos ojos del Señor, que no se detiene en adjetivos".
El pontífice criticó la que llamó la "cultura del adjetivo", el poner etiquetas a las personas, y también denunció que se caiga en contar chismes de los demás.
El papa reiteró un consejo a las parejas que reconoció es una de sus máximas: "Nunca ir a la cama enfadados, ni siquiera una noche" porque, agregó, la "guerra fría del día después es peor".
El papa abogó por una "Iglesia de puertas abiertas" y dijo que nunca puede cerrar sus puertas con llave, pues la "llave tiene que estar siempre fuera".
"No os canséis de ser una Iglesia que siga engendrando, en medio de las contradicciones, dolores, pobrezas, a los hijos que esta tierra necesita hoy en los inicios del siglo XXI, teniendo un oído en el Evangelio y el otro en el corazón de vuestro pueblo", les animó.
Con este acto terminó la visita del papa a Rakovski, donde por la mañana dio personalmente la primera comunión a 245 niños procedentes de todo el país. (I)