Papa Francisco pide al clero abstenerse de lucrar con la religión
El papa Francisco pidió este sábado a los miembros de la Iglesia católica que se abstengan de lucrar y beneficiarse materialmente con su ejercicio religioso.
"No podemos aprovecharnos de nuestra condición religiosa y de la bondad de nuestro pueblo para ser servidos y obtener beneficios materiales", dijo el pontífice argentino durante una reunión con sacerdotes y obispos en la ciudad colombiana de Medellín.
En un acto con unos 12.000 religiosos en la plaza de toros La Macarena, donde en febrero de 1991 una bomba instalada por orden del capo del narcotráfico Pablo Escobar dejó decenas de muertos y heridos, Francisco los instó a centrarse en la evangelización.
"Las vocaciones de especial consagración mueren cuando se quieren nutrir de honores, cuando están impulsadas por la búsqueda de una tranquilidad personal y de promoción social, cuando la motivación es 'subir de categoría', apegarse a intereses materiales, que llega incluso a la torpeza del afán de lucro", agregó.
El jerarca de 80 años, que fue recibido con vítores y por un coro, hizo un llamado para que los "hombres y mujeres" de la Iglesia no caigan en actos de "corrupción".
"El veneno de la mentira, el ocultamiento, la manipulación y el abuso al pueblo de Dios, a los frágiles y especialmente a los ancianos y niños no pueden tener cabida en nuestra comunidad", señaló.
El jerarca aseguró que los religiosos son parte de un "cambio de época" y una "crisis cultural", lo que no es excusa para obviar el llamado de Dios.
"A mí que no me vengan con el cuento de que 'no, claro, no hay tantas vocaciones de especial consagración, porque claro con esta crisis que vivimos'. ¿Eso saben qué es? ¡Cuento chino!", aseguró, despertando la aclamación de los asistentes.
Más temprano y ante más de un millón de personas, Francisco había criticado las "comodidades" de la Iglesia y pedido una "renovación" para involucrarse en la reconciliación de países como Colombia, que han sido castigados por la violencia.
La visita a Medellín tiene un significado especial para el papa, porque fue en esta ciudad donde la jerarquía católica de América Latina se comprometió en 1968 con la llamada "opción preferencial por los pobres", una de las prioridades del obispo de Roma.
El pontífice argentino llegó el miércoles a Colombia para encabezar una visita de cinco días, que terminará el domingo en Cartagena, en la que ha abogado por la reconciliación y la paz en un país que aspira a superar un conflicto armado de más de cinco décadas.
Denuncia a los "sicarios de la droga" en Medellín
El papa Francisco deploró el sábado las vidas jóvenes que han destruido los "sicarios de la droga" durante un discurso a los religiosos en Medellín, la otrora capital del narcotráfico en Colombia.
Mientras prevenía a los seminaristas de los afanes de lucro, el pontífice se detuvo, improvisó y rindió tributo en memoria de los jóvenes que han muerto a manos de las mafias de las drogas.
Juventud inquieta "tantas veces engañada, destruida por los sicarios de la droga. Medellín me trae a ese recuerdo", declaró el Pontífice, de 80 años.
Medellín está inevitablemente asociada a Pablo Escobar, el sanguinario capo de la cocaína en los años 1980 y 1990 que desató la peor escalada terrorista jamás registrada en Colombia en su lucha contra el Estado.
Cientos de personas murieron en ataques ordenados por el jefe mafioso, abatido en diciembre de 1993 tras una feroz cacería en la que participó Estados Unidos.
Aunque Escobar y su cartel de Medellín desaparecieron, al igual que sus temidos adversarios del cartel de Cali, Colombia es aún hoy el mayor productor y exportador de cocaína en el mundo.
Francisco habló a la comunidad religiosa desde la plaza de toros y espectáculos La Macarena, donde Escobar hizo estallar una bomba en 1991 que dejó decenas de muertos y heridos.
"Los invito a recordar, a acompañar este luctuoso cortejo, a pedir perdón para quienes destruyeron las ilusiones de los jóvenes (...); a pedir que acabe esta derrota de la humanidad joven", afirmó el jefe del Vaticano. (I)