El papa Francisco acercó al sacerdote Rutilio Grande, jesuita que inspiró a San Óscar Romero y que fue víctima de los escuadrones de la muerte de El Salvador, a una posible canonización.

El Pontífice aprobó el viernes un decreto que proclama a Grande como mártir, lo que supone que puede ser beatificado sin atribuirle  un milagro, aunque sí necesitará la verificación de uno para su canonización.

Grande, que fue franco en su defensa de los pobres, murió el 12 de marzo de 1977 con más de doce balas. Su ministerio en favor de los pobres, ayudó a inspirar a Romero, que acababa de ser nombrado arzobispo de San Salvador y quien fue asesinado tres años después.

Romero y Grande se convirtieron en íconos para los pobres de América Latina, apareciendo en camisetas similares a las que llevan la imagen del Che Guevara.

Francisco, el primer papa latinoamericano y jesuita, canonizó a Romero en 2018.

Antes de que se convirtiera en Papa en 2013, sus causas de santidad encontraron fuerte oposición en el Vaticano y la Iglesia latinoamericana que pensaban que ambas figuras eran demasiado políticas. (I)