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Ecuador, 28 de Diciembre de 2024
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“Nos quitaron el piso, pero seguimos debiendo”

Madrid.-

Hace doce años Jorge Cordero dejó Ecuador buscando un futuro mejor y ahora se arrepiente de haberse radicado en Oviedo (España), donde el pasado miércoles fue desalojado violentamente del departamento en el que habitaba junto con su mujer, Patricia, y su hija de cinco meses, Amanda. 

Cordero ya no tiene hogar, pero le debe 108.000 euros a la entidad financiera Cajastur. “La abogada de Cajastur se negó a todo y nos informaron del desahucio en enero de este año. Nos quitan el piso, pero dicen que le seguimos debiendo 108.000 euros, cuando ellos lo van a subastar por 49.000”, indicó en una entrevista con 20minutos.es.

El ecuatoriano, que llevaba diez días en huelga de hambre indefinida en la plaza de la Escandalera de Oviedo, fue detenido el miércoles junto con otras 19 personas tras el violento desalojo de su vivienda.

Activistas del movimiento de los indignados, afectados por las hipotecas, se enfrentaron a un contingente policial para impedir el desahucio, pero luego de tres horas de choques, los equipos antidisturbios ingresaron al cuarto piso del inmueble en que vivían Cordero y su familia, desde 2004.

En el interior del departamento la Policía detuvo a Cordero y a otras 17 personas que intentaron frenar el desalojo. Dos más fueron inmovilizadas en la calle.

La familia ya había evitado el desahucio el pasado 13 de abril gracias a manifestantes de los movimientos 15-M y Stop Desahucios. Pero ante el aviso judicial del segundo intento de desalojo, desde las 09:00, cientos de simpatizantes de Stop Desahucios acudieron a la calle Augusto Junquera, en el barrio Ciudad Naranco, en el cuarto piso que está la vivienda.

Sobre las 08:15, los ocupantes de la vivienda  arrojaron petardos, huevos y líquidos a los policías que se acercaban al portal del edificio, que estaba atrancado con largos pilares metálicos desde dentro y que obligó a los agentes a destrozar las puertas con mazos. Mientras que, los manifestantes elevaban los cánticos de protesta, especialmente con la llegada sobre las 08:50 de la comisión judicial, momento en el cual varios agentes golpearon y persiguieron a los activistas.

Tras el choque los manifestantes anunciaron que continuarán las protestas ante la sede central de Cajastur, entidad con la que Cordero tiene la hipoteca y cuyo préstamo no ha podido pagar desde 2008.

Cordero pagaba 655 euros al mes de hipoteca a Cajastur, pero dejó de cancelar su deuda  porque montó una empresa de transportes y sus clientes no hicieron efectivos los pagarés, aún le deben unos 80.000 euros.

“Nuestros clientes, varias empresas que nos subcontrataban, nos dejaron de pagar. Habíamos empezado a llevar los cobros con pagarés de hasta dos y tres meses, pero dejaron de hacerlos efectivos. Son tres empresas de transportes que quebraron, pero siguen trabajando igual bajo otros nombres. Nos deben unos 80.000 euros. Quieres cobrarles la deuda, pero no puedes. Las empresas han quebrado y ya no las encuentras porque se han convertido en fantasmas”, explica Cordero en la entrevista.

Ante esto, el ecuatoriano se siente impotente y afirma que no sabe qué hará, si regresar a Ecuador o seguir intentando encontrar una oportunidad de trabajo, pero de lo que sí está seguro es que se arrepiente de haber viajado a España.

“No sé lo que haré, pero sí, me arrepiento de haber venido a España porque aquí no me siento persona. (...) Estás en tu país mal, pero, al menos, te sientes persona. Aquí sientes que no vales nada, que no eres nadie. Y si quieres protestar, ahí está la Policía para callarte. Me siento impotente. Lo único que no he perdido es la esperanza y la fé”, concluye.

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