El 30% de los niños en Venezuela está en riesgo de desnutrición
Grasa de carne cocida y la última porción de arroz que tenían fue el almuerzo de la familia de Marielys Acosta. Las raciones que ocupan una olla y una sartén pequeñas se repartieron entre al menos, siete de las 13 personas que viven en la misma casa de latón y barro, en una zona pobre de Caracas.
Ella y su pareja trabajan vendiendo salsas picantes artesanales que preparan en un fogón, pero por la pandemia y las medidas de cuarentena los ingresos han caído.
“Hay días buenos y días malos. Algunas veces hacemos trueque de comida, pero a veces mi esposo no vende nada. Vivimos así el día a día. En ocasiones, no tenemos nada que darle a los niños y tengo que quitarme el plato de comida para dárselo a mis hijos”, explica Acosta.
Dos de sus tres niños pesan alrededor de 6 kilos menos que el promedio para sus edades, y a pesar de recibir apoyo para alimentarlos, a través de una fundación, dice que comprar comida es angustiante.
“Algunas veces no hallo qué hacer. Me desespero, porque los niños me piden comida. No puedo decirles que no porque ellos no entienden. Ellos no son como uno, que pueden aguantar y tomar agua para poder mantenerse”, contó Acosta.
Sus hijos son parte del 30% de infantes en Venezuela en riesgo de desnutrición o con una talla menor a la correspondiente según su edad, de acuerdo con la Encuesta de Condiciones de Vida elaborada por la Universidad Católica Andrés Bello de Caracas.
El mismo estudio revela que uno de cada 4 hogares en Venezuela está en inseguridad alimentaria y que un 68% de la población ingiere menos de las 2.000 calorías diarias requeridas por el organismo humano.
“Las secuelas de largo plazo de los actuales estados nutricionales de Venezuela pueden ser irreversibles”, insistieron los investigadores entre sus conclusiones.
La médico nutricionista, Marianella Herrera, advierte que estas deficiencias en el consumo podrían provocar enfermedades a largo plazo, además de “retardos en el desarrollo cognitivo, en las habilidades neurosicomotrices y en las habilidades matemáticas futuras de los niños”.
Herrera detalla que una dieta variada debería incluir 20 o más alimentos al día, pero en la nación suramericana “estamos viendo apenas 5: arroz, panes, pastas y grasas”.
Mucha gente se ha visto obligada a eliminar la carne, los lácteos y las verduras de su dieta para remplazarlas con alimentos más baratos, como los cereales, añade.
Sin embargo, el gobierno en disputa de Venezuela asegura que derrotó el hambre a través de las bolsas de comida que vende a precios por debajo del mercado y que llegan a 7 millones de familias.
Acosta dice que este programa social llega a su casa una vez por mes, pero los productos apenas alcanzan para una semana.
Niveles de pobreza avanzan
Los problemas de alimentación no se limitan a los hogares más pobres. Un reciente informe de la organización humanitaria británica Oxfam señala que hay evidencia de que un número cada vez mayor de venezolanos “está reduciendo la cantidad y calidad de la comida de su dieta”.
De hecho, Oxfam estima que para finales de año unas 12.000 personas podrían morir todos los días por hambre vinculada a la covid-19 en el mundo, “potencialmente más que los que morirán por la enfermedad misma”.
Y, en estos momentos, de entre sus “puntos críticos”, solo Yemen, República Democrática del Congo y Afganistán superan los 9,3 millones de hambrientos que la ONG británica estima hay en Venezuela.
La cifra también equivale al 33% de los hogares en situación de inseguridad alimentaria severa identificados en la última actualización de la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi), un aumento del 10% en comparación con los resultados del 2018.
Para Luis España, director del Proyecto sobre Estudios de la Pobreza de la UCAB, esto es una consecuencia inevitable del crecimiento de la pobreza en un país que, según el sociólogo, ya es el más pobre de toda América Latina.
La misma Encovi estima que nueve de cada 10 hogares venezolanos (un 96%) presenta pobreza de ingreso, mientras que la pobreza multidimensional -relacionada con indicadores como educación, estándar de vida, empleo, servicios públicos y vivienda- ya afecta a 64,8% de los hogares, un aumento del 13,8% entre 2018 y 2019.
De hecho, se estima que el PIB de Venezuela se ha reducido en un 70% entre 2013 y 2019. Y a un ingreso promedio diario de $ 0,72 se suma una inflación anualizada que en marzo ya era de 3.356%.
El reporte estima que en total, 2,3 millones de venezolanos sufren de inseguridad alimentaria severa y los otros 7 millones, moderada. (I)