Honduras se alista para recibir a 13.000 menores deportados
Niños migrantes huyen de la violencia en sus países
Washington
Cada vez son más los niños y adolescentes centroamericanos que intentan huir de su país en dirección a Estados Unidos, para escapar de sus precarias condiciones de vida, según organizaciones de derechos humanos y autoridades migratorias.
Muchos son los motivos para tal migración; sin embargo, según la Organización Fraternal Negra Hondureña (Ofraneh), la violencia en contra de esas personas es la principal razón para la fuga rumbo a otros países, y en especial a Estados Unidos. “La guerra, la persecución por criminales, la inseguridad y los conflictos en general son las principales causas de la existencia de refugiados en el mundo y, en Honduras, esas situaciones están logrando expulsar, de manera alarmante, a la población más joven”, informa la Ofraneh en un comunicado que recoge la agencia de noticias Adital.
El Gobierno de Estados Unidos se ha visto sorprendido por una ola reciente de niños que entran sin papeles por su frontera suroeste, escapando de la violencia y la pobreza en -principalmente- Honduras, El Salvador y Guatemala.
De acuerdo con las autoridades estadounidenses, entre octubre de 2013 y mediados de junio de 2014, unos 52.000 menores cruzaron la frontera sin la compañía de adultos, más del doble de la cantidad registrada entre octubre de 2012 y el final de 2013.
Alison Sutton, jefe de Protección a la Infancia de la oficina del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en México, manifestó públicamente que, después de entrevistas realizadas por las Naciones Unidas con esos niños se constató que la mayor parte de ellos estaba huyendo de las situaciones de grave violencia en sus países de origen. “En general, son personas de entre 12 y 17 años, pero es posible ver hasta niños que no pueden ni siquiera caminar todavía y ya están intentando llegar a Estados Unidos”, afirmó Sutton.
En su comunicado, la Ofraneh afirma que el Gobierno hondureño es incapaz de atender a la infancia de su país y asegurar su protección. “Los gobiernos no están siendo protectores, están expulsando y siguen siendo los únicos responsables de las cifras alarmantes de niños que están saliendo del país en busca de mejores condiciones de vida”.
De hecho, los números son preocupantes. Hasta el momento, este año, cerca de 13.000 niños hondureños fueron capturados por las autoridades de Estados Unidos al intentar atravesar la frontera entre ese país y México. El número es muy superior a los 968 detenidos en 2009 y ya es más del doble del registrado en 2013.
De acuerdo con Casa Alianza, organización no gubernamental que cuida personas refugiadas, solo en mayo pasado, en Honduras fueron asesinadas 287 personas, de las cuales, 104 eran jóvenes por debajo de los 23 años. Además, según la Ofraneh, de 2010 a 2013, más de 27.000 personas fueron muertas en Honduras, de las cuales cerca de 450 eran menores de 14 años, destacó la agencia Adital.
Aunque el Gobierno estadounidense ha dicho que está aumentando el número de jueces y oficiales de asilo para tratar los casos de los menores y los adultos que los trasladan ilegalmente al país, las posibilidades de no ser deportados son muy bajas.
El Gobierno busca asegurar que las personas que tengan argumentos para recibir asilo puedan quedarse en Estados Unidos, “pero la gran mayoría de esos casos probablemente va a resultar en el retorno a sus propios países”, dijo Cecilia Muñoz, directora del Consejo de Política Doméstica. No obstante, en los últimos días, las autoridades han insistido en que los niños no se beneficiarán de un trato migratorio especial y que la prioridad es deportarlos. “El largo y arduo viaje no solo es peligroso, sino que no hay permisos o salvoconductos al final”, señaló Johnson en una carta abierta a los padres que envían a sus niños hacia Estados Unidos, divulgada este fin de semana en la prensa.
DATOS
Líderes de organizaciones centroamericanas ven con suma preocupación el destino de miles de niños que se encuentran en los diferentes centros de detención y albergues.
Existen niños en diferentes centros de detención de 4, 5 y 6 años que no revelan sus verdaderos nombres ni los de sus padres, mucho menos dónde viven, lo que imposibilita hacer contacto con sus familias.
En 2013, el Gobierno estadounidense regresó menos de 2.000 menores a sus países. Estima que para finales del actual año fiscal, en septiembre, habrá detenido a 90.000 menores.
El presidente Barack Obama solicitó al Congreso que se destinen $ 2.000 millones para hacer frente a esta situación y solicitó al Ejército que abra albergues temporales en Texas, Oklahoma y California.