El  escándalo de las escuchas  queda  esta semana en manos del Parlamento británico: hoy el magnate de prensa Rupert Murdoch comparecerá ante una de sus comisiones, y mañana los diputados escucharán a un primer ministro David Cameron debilitado.

Murdoch, patriarca de 80 años, que multiplica ahora los pedidos de disculpas, está convocado ante los diez miembros de la comisión de medios de información de la Cámara de los Comunes, junto con su hijo James, de 38 años, y su protegida, Rebekah Brooks, de 43, considerada hasta su reciente dimisión la “reina” de la prensa amarilla.

Mientras tanto, el delator del escándalo de las escuchas telefónicas ilegales, Sean Hoare, el ex reportero de News of the World, fue encontrado muerto ayer en su domicilio, pero la Policía no considera que las circunstancias de su muerte sean sospechosas.

Hoare había declarado en entrevistas acordadas el año pasado al New York Times y a la BBC que el ex redactor jefe del tabloide, Andy Courson, que después se convirtió en director de comunicación de David Cameron, estaba al corriente de la práctica de escuchas telefónicas realizada por el diario. AFP