Mujica dice que "nunca" venderá su coche, pese a millonaria oferta
El presidente uruguayo José Mujica aseguró este viernes que mientras viva "nunca" venderá su viejo Volkswagen "Fusca" de 1987, codiciado por un jeque árabe que le ofreció un millón de dólares por el automóvil erigido en símbolo de la austeridad del mandatario.
"Desde siempre somos amigos de los Fuscas", dijo Mujica en su audición radial "Habla el presidente", que recordó el primer "Escarabajo" que conoció cuando era "muchachito". "Nos chocó, nos pareció horrible", relató.
"Con el paso de los años, cuando intentábamos cambiar la suerte del mundo en que vivimos, nos hicimos enamorados de los Fuscas, hasta el día de hoy", contó este exguerrillero que llegó al poder en 2010 y concluirá su mandato en marzo de 2015.
"En realidad tenemos dos, uno un poco desvencijado que está en el galpón y no anda, y este que estamos usando desde que somos presidentes y que un puñado de amigos hizo una colecta y nos lo regaló", añadió el mandatario.
"Nunca lo podremos vender porque ofenderíamos a ese puñado de amigos que se juntaron para hacernos ese obsequio", enfatizó.
El presidente vaticinó así que "esos dos Fuscas van a vegetar en los viejos galpones mientras estemos vivos y el provenir dirá cuál es su destino".
La semana pasada el semanario Búsqueda informó que un jeque árabe le propuso a Mujica, durante la cumbre G77+China celebrada a mediados de año en Santa Cruz de la Sierra (Bolivia), pagarle un millón de dólares por el auto.
"Hay amigos uruguayos que están por las redes clamando que el Fusca no se vaya del país. No sé si algún día se va o no se va, pero mientras yo viva va a dormir en el galpón y de vez en cuando dará una vueltita por el barrio", expresó el mandatario.
Mujica, de 79 años, se ganó durante su mandato la atención mundial por sus discursos a favor de la paz, contra el consumismo y por la promoción de leyes como la polémica regulación del mercado de marihuana.
El Pepe, que llega al final de su gestión con una popularidad superior al 50%, vive en su modesta chacra del barrio Rincón del Cerro, en las afueras de Montevideo, y dona la mayor parte de su salario al Plan Juntos, un proyecto de vivienda solidaria que creó cuando llegó a la Presidencia.