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160.000 argentinos perdieron sus empleos desde la asunción del nuevo gobierno en diciembre de 2015

Movimientos sociales reclaman a Macri fin de las políticas de ajuste

Bajo el lema “Paz, Pan y Trabajo”, cientos de argentinos protestaron el domingo en la Iglesia de San Cayetano en el barrio Liniers.
Bajo el lema “Paz, Pan y Trabajo”, cientos de argentinos protestaron el domingo en la Iglesia de San Cayetano en el barrio Liniers.
Foto: Nodal
09 de agosto de 2016 - 00:00 - Marcelo Izquierdo, corresponsal en Buenos Aires

El drama de los desempleados argentinos se hace cada vez más palpable en un país que empieza a sentir los efectos más devastadores de la recesión y el ajuste, en especial en los sectores débiles de la sociedad.

“Me acabo de enterar de que soy un desocupado más”, decía un escueto mensaje de un oyente que se comunicó ayer temprano con el programa “Empezando el día” que conduce el periodista Luis Novaresio en Radio La Red. Todavía no había amanecido y el joven, oriundo de la periferia oeste de la capital argentina, se sumaba así a los 160.000 argentinos que han perdido sus empleos desde la asunción del presidente Mauricio Macri en diciembre pasado, según denuncian sindicatos y consultoras.

El desempleo y por ende la pobreza crecen día a día en el país austral. Más de medio millón de personas concurrieron el domingo pasado a los distintos santuarios de San Cayetano, patrono del Trabajo, para pedirle al santo en su día un empleo o rogar por no perderlo. Se trató de la cifra más alta de los últimos 25 años, según un sondeo del Instituto de Estudios de Consumo Masivo, alcanzando el mismo nivel que en 1991 cuando comenzó la era neoliberal del expresidente Carlos Menem que dejó un tendal de desocupados y una crisis que culminó con el estallido social de diciembre del 2001.

En 72 parroquias y barrios ruegan por un empleo

Según el sondeo, realizado en 72 parroquias y organizaciones barriales de varias ciudades del país austral, este año hubo un 45% más de concurrencia que en el 2015. Casi uno de cada cuatro fieles dijo incluso haber concurrido por primera vez y uno de cada cinco señaló que rezaría por obtener un empleo.

El 43,7% afirmó que rogaría “por la preservación” de su fuente de trabajo “por temor a perderlo” y el 24,6% dijo que veneraría al santo “por más trabajo o por mejoras laborales” ante la difícil situación económica del país. El resto afirmó que concurría “para que no le falte pan y trabajo a su familia”.

Los fieles suelen ir cada 7 de agosto a estos santuarios como muestra de fe, pero también la fecha suele ser un importante termómetro social. Esta vez, la devoción dio paso a la protesta contra el ajuste y las políticas económicas en marcha.

“Macri pará la mano”, decía un cartel que un obrero llevó al Santuario ubicado en el barrio porteño de Liniers. Desde allí decenas de miles de personas marcharon contra el plan económico oficial hasta converger en la histórica Plaza de Mayo. A esa misma hora, el gobierno buscaba la ayuda de Dios para que cuide el empleo de los argentinos.

“Que Dios nos acompañe cuidando el trabajo de los que lo tienen y abriendo oportunidades para los que lo buscan”, escribió en su cuenta de Twitter el ministro de Trabajo, Jorge Triaca.

La masiva movilización tenía un objetivo claro: reclamarle al gobierno el fin de las políticas de ajuste.

La marcha fue convocada por organizaciones sociales como la Coordinadora de Trabajadores de la Economía Popular, Barrios de Pie y la Corriente Clasista y Combativa, que agrupan a los sectores más postergados del espectro laboral argentino, como recicladores, vendedores ambulantes y empleados de empresas quebradas en los años 90 y recuperadas en los últimos años. También se sumaron activistas de sindicatos nucleados en la izquierdista Central de Trabajadores de Argentina (CTA) y de la peronista Confederación General del Trabajo (CGT), hoy dividida en tres ramas.

Los manifestantes hoy enfrentan el mayor peso de la crisis, en medio de una inflación del 40% anual, una recesión palpable y un ajuste que incluyó fuertes “tarifazos” de hasta el 400% en los servicios esenciales, hoy paralizados por la justicia.

Este jueves habrá nuevas movilizaciones

La marcha atravesó la ciudad con la consigna “Pan, Paz, Trabajo” y culminó en un improvisado palco montado en el centro del histórico paseo, donde hablaron representantes de los sectores convocantes, que mantienen posiciones disímiles en relación al anterior gobierno “kirchnerista” con apoyos y críticas, pero se unificaron para enfrentar al ejecutivo actual.

La idea es seguir convergiendo en nuevas protestas que se preparan contra la política económica de Macri,  en especial en el paro nacional de los empleados estatales convocado para este jueves en coincidencia con la jornada de lucha impulsada por las dos vertientes de la CTA para ese mismo día. “Si hoy podemos organizarnos (...) es porque estamos apoyados en todos los procesos de lucha del movimiento obrero”, dijo uno de los oradores, Esteban Castro, de la Coordinadora de Trabajadores de la Economía Popular. (I)   

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