Los ministros de Exteriores del G7 condenan el envenenamiento de Navalni y piden "transparencia" a Rusia
Los ministros de Exteriores del G7 y el Alto Representante de la Unión Europea para Política Exterior, Josep Borrell, han condenado "en los términos más enérgicos posibles" el envenenamiento del opositor ruso Alexei Navalni y han pedido a Rusia "transparencia" para esclarecer el caso.
En un comunicado conjunto, los titulares de Exteriores de Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, Reino Unido, Estados Unidos y Borrell han especificado que Alemania les ha notificado "hallazgos clínicos y toxicológicos" que han determinado que Navalni ha sido víctima de un ataque con un agente químico nervioso del grupo Novichok, una sustancia desarrollada en Rusia.
"Cualquier uso de armas químicas, donde sea, cuando sea, por quien sea y bajo cualquier circunstancia es inaceptable y contraviene las leyes internacionales que prohíben el uso de estas armas", han criticado.
Así, han puesto el foco en que Moscú sea transparente de forma "urgente y plena" sobre quién es el responsable del "aborrecible" ataque, "teniendo en cuenta los compromisos de Rusia en virtud de la Convención sobre Armas Químicas", y que lleve a "los perpetradores" ante la Justicia.
A su juicio, el caso Navalni "es otro duro golpe contra la democracia y la pluralidad política en Rusia" y "constituye una seria amenaza para aquellos hombres y mujeres comprometidos con la defensa de las libertades políticas y civiles".
Por ello, han hecho un llamamiento a Rusia para que cumpla con sus compromisos adquiridos en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y garantice estos derechos, incluido el derecho a la libertad de expresión, a sus ciudadanos.
Por último, han asegurado que continuarán vigilando "estrechamente" la manera en la que Rusia responde ante el caso y han afirmado su compromiso con "la democracia en Rusia, el Estado de Derecho y el refuerzo de su apoyo a la sociedad civil rusa".
Navalni, hospitalizado en Berlín, ya ha salido del coma inducido y "responde a estímulos verbales", según el personal sanitario del centro donde se encuentra.
El Gobierno de Angela Merkel ha dado por confirmada la tesis del envenenamiento, descartada en un primer momento por los médicos que le atendieron en la ciudad siberiana de Omsk donde fue tratado en un primer momento. Berlín ha endurecido sus mensajes contra Moscú, al que reclama que esclarezca lo ocurrido. (I)