Ministro y viceministro panameños de seguridad renunciaron a sus cargos
El ministro y viceministro de Seguridad Pública de Panamá, Rodolfo Aguilera y Rogelio Donadio, respectivamente, renunciaron hoy a sus cargos, informó la Secretaría de Comunicación de la Presidencia.
La nota no refiere las causas de la decisión y se limita a destacar que bajo el liderazgo de ambos "los indicadores de seguridad mejoraron notablemente, por lo que el Presidente de la República (Juan Carlos Varela) agradeció a ambos los servicios prestados".
Aclara que Varela está en "contacto permanente con los Estamentos de Seguridad para coordinar y dar seguimiento a todos los aspectos de seguridad del país", y que la semana próxima comenzará el proceso para designar a los relevos.
El hecho se produce tras el escándalo mediático generado por declaraciones de enfrentamientos personales entre ambos funcionarios, y de Donadio con subordinados dentro de la institución, que generó la intervención de la Procuraduría de la Administración.
Igualmente el Presidente anunció la evaluación de su equipo de Gobierno, lo que se interpretó en círculos políticos locales como posibles cambios en algunos ministerios, donde el de Seguridad es uno de los que recibe las mayores críticas de la opinión pública nacional, por el incremento de asesinatos violentos realizados por el crimen organizado internacional.
Aguilera defendió en múltiples ocasiones, con estadísticas, el éxito del Programa Barrio Seguro, una estrategia encaminada a ofrecer oportunidades a jóvenes en situación de vulnerabilidad para incorporarse a pandillas, por el entorno social y la pobreza.
Bajo su mandato, instituciones como el Servicio Nacional de Fronteras, la Policía Nacional y el Servicio Aeronaval, arreciaron el enfrentamiento al narcotráfico y ocuparon cantidades récord de drogas, además de la captura de capos buscados por la Interpol.
Los recientes tiroteos en lugares públicos como un parque de diversiones, con el consiguiente saldo de víctimas fatales inocentes, dispararon las alarmas sobre la inseguridad en Panamá, un fenómeno que va más allá de la percepción social.
De acuerdo con cifras oficiales, en los últimos 10 años las organizaciones delincuenciales en Panamá aumentaron de 88 a 205 y las pandillas se fusionaron con grandes y estructuradas bandas del crimen organizado.
Tal crecimiento elevó las tasas de homicidios entre 2000 y 2010, con cifra récord en 2009 de 22,4 por 100 mil habitantes, de los cuales el 63 por ciento se concentró en jóvenes entre 15 y 29 años. Dichas estadísticas tuvieron un descenso de 2010 al 2014, no así el número de pandillas criminales. (I)