En su país los venezolanos viven a diario una carrera de obstáculos para poder garantizarse los alimentos, servicios públicos y la salud.

Además, a los constantes cortes de energía y la deficiencia en las telecomunicaciones, se le suma ahora la escasez de gasolina que les dificulta sus traslados.

Sin embargo, para una mayoría de venezolanos refugiados en los países vecinos la situación no varía mucho.

Durante la cuarentena por el covid-19 aumentó la vulnerabilidad de la población migrante y refugiada de Venezuela, que ahora se encuentra en mayor situación de precariedad, afirma Ligia Bolívar, investigadora del Centro de Derechos Humanos de la Universidad Católica Andrés Bello, en Caracas.

En Ecuador se agudizó la crisis económica, así como aumentó la discriminación y la xenofobia hacia los venezolanos, lo que motivó el retorno voluntario de muchos de ellos a su país, donde siguen siendo objeto de discriminación, explicó Bolívar durante el Foro virtual “Migración venezolana y derechos humanos frente al covid-19”.

La pandemia también aumentó el desempleo en Ecuador, donde antes de la cuarentena, solo el 11% de los migrantes venezolanos tenía un contrato formal.

Ante esto, al menos 25.000 de ellos retornaron a su país por Colombia, indicó la asambleísta Esther Cuesta.

Belén Rodríguez, delegada de Organización Internacional para las Migraciones (OIM), consideró necesario que se incluya a la población migrante y refugiada en los programas de reactivación económica.

Danilo Manzano, director Diálogo Diverso, por su parte, indicó que se deben fortalecer los sistemas de protección de manera integral para todos los grupos vulnerables de la población, en especial para las mujeres y niñas que se ven expuestas a la violencia de género. (I)