El pleno del Bundestag (Cámara Baja alemana) invistió como canciller a Angela Merkel para un cuarto mandato, de nuevo al frente de una gran coalición y casi seis meses después de ganar en las últimas elecciones generales.

“Asumo la elección”, declaró Merkel ante el presidente de la Cámara, Wolfgang Schäuble, quien le auguró “fuerza y éxito” para afrontar las “grandes tareas” de la legislatura.

Merkel obtuvo 364 de los 688 votos válidos emitidos en votación secreta, 9 más de la mayoría absoluta (355) pero 35 menos de la suma teórica de votos de los partidos que forman la coalición de gobierno (399): la Unión Cristianodemócrata (CDU) de la canciller, su hermanada Unión Socialcristiana de Baviera (CSU) y sus socios del Partido Socialdemócrata (SPD).

Merkel, que gobernó ya con esta alianza en la primera legislatura (2005-2009) y en la tercera (2013-2017), firmó formalmente el nuevo pacto de gobierno el lunes, tras una compleja negociación.

La primera fuerza de la oposición es la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) con 92 puestos, seguida del Partido Liberal (FDP) con 80, La Izquierda  con 69, Los Verdes con 67 y dos independientes, escindidos de la derecha radical.

Tras la ceremonia de nombramiento en el Palacio de Bellevue, sede de la Presidencia alemana, la canciller regresó al hemiciclo para jurar el cargo antes de que lo hicieran sus quince ministros: seis de la Unión Cristianodemócrata (CDU), tres de su hermanada Unión Socialcristiana de Baviera (CSU) y seis del Partido Socialdemócrata (SPD), que encabezarán entre otros Exteriores y Finanzas.

En el único discurso oficial de la jornada de investidura, el presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, advirtió al nuevo Gobierno de la “creciente polarización” en Europa, el discurso del odio, el auge del “aislacionismo y el nacionalismo”, los regímenes autoritarios y el uso de la “política comercial” con fines espurios.

“Ese camino no es el nuestro. Nosotros somos un país democrático y abierto y queremos seguir siéndolo. Muchos esperan que nosotros demostremos que la democracia liberal es capaz y tiene futuro”, aseguró Steinmeier, quien impulsó el diálogo entre conservadores y socialdemócratas después de que la canciller fracasara en un primer intento de aliarse con liberales y verdes.

Un camino con dificultades
El camino hacia el cuarto mandato de Merkel no ha sido sencillo, después de que la CDU ganara las elecciones de septiembre con el 33%, pero con casi dos millones y medio de votos menos.

El SPD, con el que gobernó en su primera legislatura (2005-2009) y en la tercera (2013-2017), cayó a su mínimo histórico (20,5% de los votos) y el ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) irrumpió en el Parlamento alemán como tercera fuerza con el 12,6%.

La fragmentación política complicó el objetivo de Merkel de formar un gobierno estable y, tras cinco semanas de negociaciones infructuosas con liberales y verdes, se vio obligada a volver a mirar a los socialdemócratas, que finalmente se abrieron al diálogo, aunque entre fuertes tensiones internas.

El proceso terminó con la carrera del que fue cabeza de lista y líder del SPD, Martin Schulz, pero la canciller superó todas las etapas y el pasado lunes firmó formalmente el acuerdo de gran coalición, avalado en una consulta interna por el casi medio millón de militantes socialdemócratas.

Su título resume los objetivos que se han marcado conservadores y socialdemócratas para los próximos cuatro años: “Un nuevo impulso para Europa. Una nueva dinámica para Alemania. Una nueva cohesión para nuestro país”.

Schäuble, quien en tiempos Helmut Kohl llegó a sonar como futuro canciller, sostuvo hoy (ayer) en el hemiciclo el acta del juramento de Merkel, a quien deseó “fuerza y éxito” para afrontar los grandes retos de la legislatura.

La canciller eligió chaqueta blanca para la jornada, frente al negro de las anteriores investiduras, y volvió a contar con su madre, Herlind Kasner, de 89 años, en la tribuna de invitados.

Esta vez se sumó el marido de Merkel, Joachim Sauer, quien no suele prodigarse en los actos públicos de la canciller y que aprovechó la larga votación para usar su ordenador portátil. (I)

Perfil
Angela Dorothea Merkel
Nació el 17 de julio de 1954 en Hamburgo bajo el nombre de Angela Kasner. Hija de Horst Kasner (teólogo) y de la profesora Herlind Jentzsch, hija del político Danzig Willi Jentzsch.

Su progenitora fue miembro del Partido Socialdemócrata de Alemania y sirvió como miembro del consejo municipal en Templin tras la reunificación alemana. Tiene ascendencia polaca a través de su abuelo paterno, el policía Ludwig Kasner. Su padre volvió a Berlín Este cuando ella tenía tres meses. Creció en la Alemania comunista.

Fue una de las pocas personas no pertenecientes al partido a la que se le permitió estudiar en la antigua República Democrática Alemana.

En 1973 realiza el bachillerato y comienza sus estudios de física en la Universidad de Leipzig. En 1978 termina sus estudios y trabaja en el Instituto de Química en la Academia de Ciencias de Berlín. Su tema de estudio es la química cuántica.

En 1977, siendo estudiante de física, se casó en la capilla St. Georg en Templin con Ulrich Merkel, estudiante de Física y del que tomó su apellido. Se divorciaron en 1982. En 1998 se casó con su segundo marido, el químico cuántico Joachim Sauer.

En 1989 se incorpora al partido Demokratischer Aufbruch. En 1990  pasa al partido CDU. Ese mismo año es elegida diputada en el Bundestag después de la reunificación alemana. Helmut Kohl, su padrino político, la acogió en su gabinete como ministra para la Mujer y la Juventud, y del Medio Ambiente entre 1991 y 1998.

El 22 de noviembre de 2005 se convirtió en la primera canciller de Alemania y desde entonces gobierna el país. (I)

La cuota de mujeres en el Gobierno llega a 43,8%
Seis ministras forman parte del nuevo Gobierno alemán. Y con Angela Merkel, la Cancillería también está en manos de una mujer. Esto hace que el 43,8% del gabinete federal sea femenino. La cuota de mujeres en el Parlamento es menor y apenas llega a 31%.

La mitad de los ministerios ocupados por el partido socialdemócrata (SPD) se encuentra en manos de mujeres. En el partido de Angela Merkel, la Unión Cristianodemócrata (CDU), son cuatro de siete ministerios. Solo el partido regional CSU se sale de la línea: sus ministerios de Transporte, Desarrollo y del Interior son dirigidos por hombres.

La edad promedio del nuevo gabinete es de 51 años y dos meses, es decir, unos siete años más que la edad promedio de la población alemana. Solo dos ministros tienen menos de 40 años: el de Salud, Jens Spahn (CDU), tiene 37 años, y la de Familia, Franziska Giffey (SPD), tiene 39 años. El de más edad es Horst Seehofer (CSU) con 68 años, seguido por la canciller Angela Merkel que tiene cinco años menos.

Se trata de un gabinete muy alemán. Únicamente la ministra de Justicia, Katarina Barley, tiene un trasfondo migratorio: su padre es de Reino Unido. También todos los nuevos ministros finalizaron sus estudios universitarios. Merkel estudió física y es la única en el gabinete que estudió ciencias naturales. Seis ministros estudiaron ciencias políticas, cuatro son abogados, tres son economistas y dos son médicos. El ministro de la Cancillería, Helge Braun, es catedrático de medicina, otros cinco miembros del gabinete poseen un doctorado, incluida la canciller.

Ocho de los 15 ministros se unen al Gabinete federal por primera vez. Los únicos dos que mantienen su cargo son el ministro de Desarrollo, Gerd Müller, y la ministra de Defensa, Ursula von der Leyen. Del viejo gabinete quedan, aparte de Angela Merkel, Heiko Maas que se muda del Ministerio de Justicia al Ministerio de Asuntos Exteriores y el antiguo ministro de la Cancillería, Peter Altmaier. (I)