El gobierno adelantó los comicios para encarar el brexit
May y Corbyn, enfrentados por políticas de exterior británicas
La campaña electoral en Gran Bretaña intensificó esta semana el tono del debate político, tras un fuerte enfrentamiento entre la conservadora Theresa May y el laborista Jeremy Corbyn por sus respectivas políticas de exterior y defensa en caso de ganar los comicios generales previstos para el 8 de junio.
Corbyn, cuyos índices de popularidad cayeron en los últimos meses y que cuenta con el 30% de votos de acuerdo con los últimos sondeos de opinión, afirmó en Londres que en caso de convertirse en el próximo primer ministro pondrá fin a la política de “apretón de manos” con el presidente estadounidense, Donald Trump.
Las declaraciones del jefe laborista fueron un ataque a May por su decisión de establecer una “relación estrecha” con Trump y dejarse fotografiar en enero pasado durante su primera visita a la Casa Blanca, mientras el presidente de Estados Unidos la llevaba de la mano.
Corbyn negó ser un pacifista y aclaró que autorizaría el uso de la fuerza militar, “pero solo como último recurso”.
El político laborista fue en el pasado presidente de la coalición antibélica Detener la Guerra (Stop the War Coalition), grupo no gubernamental que se opuso categóricamente a las guerras de Irak, Afganistán y Siria.
Corbyn dijo que en caso de convertirse en el próximo jefe del gobierno implementará políticas de defensa “muy alejadas de las intervenciones militares británicas caso de rutina” de los últimos tiempos.
Además, prometió políticas de exterior “robustas e independientes” del control de Estados Unidos.
En una ponencia en la sede del ‘tanque de ideas’ Chatham House, el líder laborista, dijo que hará todo lo posible “para proteger la seguridad y el bienestar de la población y el país”.
Destacó que está en el interés de Reino Unido “hallar soluciones para lograr la paz”.
Para el jefe del Laborismo, las políticas de seguridad “bombas primero y después hablamos” no funcionaron, y en todo caso “son una receta perfecta para aumentar las amenazas y la inseguridad en lugar de reducirlas”.
Según Corbyn, Gran Bretaña “merece algo mejor que externalizar su seguridad y prosperidad a costa de los deseos de una Casa Blanca encabezada por Trump”.
Al comienzo de este año, Corbyn criticó los ataques aéreos norteamericanos en Siria por no contar con la aprobación de la ONU, posición que lo dejó enfrentado a parlamentarios de su partido, incluido el vicepresidente del Laborismo, Tom Watson.
Además, Corbyn dijo que la invasión a Irak en 2003, a la que se opuso en una votación en el Parlamento británico, “fue un acto de agresión militar que llevó a la catástrofe”.
Por su parte, la primera ministra Theresa May acusó a Corbyn y al Laborismo de tratar de “desarmar” a Gran Bretaña.
La mandataria realizó un acto proselitista en el noroeste de Inglaterra, en el que se dirigió a los electores laboristas “patriotas”, indicando que fueron “abandonados” por Corbyn.
En tanto, el ministro para las Fuerzas Armadas, el conservador Mike Penning, dijo que Corbyn “pasó toda su vida tratando de desarmar a Gran Bretaña y ahora pretende que nos va a defender”.
En tanto, un “sondeo de sondeos”, elaborado por la BBC de Londres en base a las últimas encuestas nacionales de opinión, concluyó que los conservadores encabezan las listas del 45% al 48% de los votos, delante de los laboristas, con entre el 27% y 30%. (I)