Mandatarios de A.Latina asistirán a entronización de Francisco también como fieles
La entronización del papa Francisco, el primer Pontífice latinoamericano, será algo histórico para la región y así lo entienden los mandatarios de América Latina que irán a la ceremonia, en la que representarán las creencias de sus compatriotas y, en la mayoría de los casos, las suyas propias.
Uno de esos casos es el de la mandataria argentina, Cristina Fernández, compatriota del papa Francisco y quien, según fuentes oficiales, "es católica y muy creyente", aunque "no suele ir a misa".
Aunque Jorge Mario Bergoglio cuando todavía era arzobispo de Buenos Aires estuvo enfrentado con el Gobierno de Fernández por la aprobación de la ley del matrimonio gay y el aborto, la presidenta le deseó "toda la suerte del mundo en esta misión pastoral" al nuevo papa e incluso se convertirá, este lunes, en la primera jefa de Estado en ser recibida en audiencia por Francisco.
También asistirá la costarricense Laura Chinchilla, una reconocida devota católica y quien el 8 de febrero de 2010, un día después de su triunfo electoral, visitó a la patrona de su país, la Virgen de Los Ángeles, llamada "La Negrita", donde el obispo Francisco Ulloa la declaró "hija predilecta de la Virgen María".
La delegación de Chile la encabezará su presidente, Sebastián Piñera, quien es católico, apostólico y romano y en sus discursos muy a menudo nombra a Dios y hasta cita pasajes de la Biblia. Además, en verano se le suele ver en misa junto a su esposa, Cecilia Morel, con quien hoy llegó a Roma para la ceremonia del martes.
Por su parte, el paraguayo Federico Franco hace gala de su devoción católica e incluye constantemente en su agenda actividades religiosas y su asistencia a misa.
Franco viaja hoy al Vaticano y anunció que regalará un juego para beber mate al papa Francisco, a quien describió como un "jesuita humilde, gran luchador contra la pobreza".
Este domingo viajará de igual forma a Roma el ecuatoriano Rafael Correa, un católico practicante y quien aseguró ayer durante su informe semanal de labores que tener un papa latinoamericano "es algo histórico, sin precedentes".
Su colega mexicano, Enrique Peña Nieto, que estará el próximo martes en el Vaticano, igualmente es católico, pero siempre se ha mostrado a favor de defender el Estado laico recogido en la Constitución de su país, aunque ha afirmado que lo anterior "no significa un Estado antirreligioso".
Son católicos confesos y practicantes los gobernantes de Colombia, Juan Manuel Santos, y Perú, Ollanta Humala, aunque no tienen previsto acudir a la ceremonia de este martes.
De la misma religión son el hondureño Porfirio Lobo, el guatemalteco Otto Pérez Molina, el salvadoreño Mauricio Funes y el nicaragüense Daniel Ortega.
Mientras el primero confirmó que asistirá, los dos últimos aún no lo han hecho, y Pérez Molina, el último mandatario latinoamericano que fue recibido en audiencia por Benedicto XVI, enviará a su canciller, Fernando Carrera.
El presidente panameño, Ricardo Martinelli, es católico practicante y hoy viaja a Roma, lo que también intentará aprovechar para invitar al papa Francisco este año a su país para la celebración del quinto centenario del establecimiento de la primera diócesis católica en Tierra Firme.
La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, que fue bautizada pero no es practicante, se define como "cristiana antes que todo" y "en un segundo momento católica". Además, mantiene públicas diferencias con el Vaticano en asuntos como su apoyo y promoción del uso de preservativos, que la Iglesia católica condena.
Pese a esto, estará en los actos del martes y dijo que en su país "es con expectativa que los fieles esperan la venida del papa Francisco a Río de Janeiro para la Jornada Mundial de la Juventud, en julio" próximo.