El vicepresidente ejecutivo de Venezuela, Nicolás Maduro, exigió ayer justicia para las víctimas del golpe de estado del 11 de abril del 2002, dirigido en ese momento contra el presidente, Hugo Chávez.

Maduro recibió ayer a familiares de los asesinados ese día en Puente Llaguno, zona cercana al Palacio de Miraflores, actual sede del gobierno.

En ese sentido, recordó la fecha cuando un grupo de venezolanos fue blanco de disparos de grupos golpistas que pretendían mostrar al mandatario como responsable de una masacre.

“Como gobierno seguimos pidiendo justicia por estos crímenes gravísimos contra los derechos humanos, toda vez que esas acciones tienen que ser castigadas para evitar la impunidad”, afirmó Maduro.

El alto funcionario resaltó la diferencia entre la confrontación de luchas políticas por ideas y la premeditación de crímenes como los ocurridos en abril de 2002 y “no puede haber impunidad. Con la impunidad se reproducen los crímenes hacia el futuro y se deja abierta la puerta a la traición y antipatria”.

Entre tanto, en declaraciones a la estatal Venezolana de Televisión (VTV), familiares de las víctimas rechazaron la solicitud de amnistía humanitaria presentada por allegados al ex secretario de seguridad ciudadana Iván Simonovis, preso por los homicidios de 2002.