El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva cumple hoy un mes en la prisión, mientras los jueces tienen hasta el próximo 10 de mayo para presentar su decisión que podría resultar en la libertad del líder social.

Lula se encuentra en una sala sin rejas del tercer piso de la Superintendencia de la Policía Federal en Curitiba, un edificio que él mismo inauguró durante su presidencia (2003-2010) y desde la prisión intenta dar un aire de normalidad a su candidatura para las elecciones de octubre.

“No hay plan B, Plan Z, Plan Y, hay Plan LL, el Plan Lula Libre, el Plan Lula Candidato, el Plan Lula Presidente”, afirmó el exgobernador de Bahía y considerado un presidenciable del PT en caso de que Lula sea inhabilitado, Jaques Wagner, quien visitó el jueves al exmandatario condenado por corrupción y lavado de dinero a 12 años y un mes de prisión.

El primer mes de Lula reveló, también, un enfrentamiento sin precedentes entre la Corte Suprema y el juez Sérgio Moro, el encargado de la operación Lava Jato que en primera instancia encontró culpable a Lula de haber recibido como soborno un departamento en el balneario de Guarujá.

“Tortura”, calificó el ministro del Supremo Tribunal Federal Gilmar Mendes al llamado “Método Moro” de la operación Lava Jato. La corte le retiró a Moro las delaciones premiadas de ejecutivos de Odebrecht vinculadas a otra causa vinculada a Lula por una cuestión de jurisdicción. Se esboza por primera vez una reacción de la máxima corte a los poderes extraordinarios que la cámara de apelaciones de Porto Alegre le otorga a Moro desde 2014, cuando estalló la operación Lava Jato.

La Sala II de la Corte Suprema debe decidir esta semana si el juez Moro anticipó el procedimiento de detención de Lula. Este plazo vencerá el próximo día 10.

En el plano político, las encuestas le otorgan a Lula un 31% de intención de voto contra el 15 del segundo colocado, el ultraderechista excapitán del Ejército Jair Bolsonaro. (I)