Partidarios celebran la libertad de Lula
Con cánticos y aplausos miles de partidarios del expresidente Luiz Inácio Lula lo recibieron afuera de la cárcel. La Justicia brasileña autorizó la libertad del exmandatario, encarcelado desde hace un año y siete meses.
“Queridos compañeros y queridas compañeras, no saben lo que significa que yo esté aquí con ustedes. Toda mi vida he estado hablando con el pueblo brasileño y no pensé que hoy podría estar aquí”, expresó Lula tras abandonar el presidio.
“Intentaron criminalizar a la izquierda, no puedo irme de aquí sin agradecerles”, expresó emocionado.
La excarcelación de Lula fue solicitada ayer por su defensa. El pedido se efectuó sobre la base de un fallo adoptado la noche del jueves por el Tribunal Supremo de Brasil (la máxima corte del país), el cual determinó que la prisión de un ciudadano que haya sido condenado antes de que se agoten todos los recursos, es inconstitucional.
De acuerdo con Folha do Sao Paulo, su liberación, sin embargo, no significa el término del juicio, ya que todavía necesita pasar por el Tribunal Superior de Justicia.
“Siento una gran felicidad” expresó la expresidenta Dilma Rouseff, quien se encuentra en la ciudad de Buenos Aires y que es la heredera política del exlíder sindical del Partido de Trabajadores (PT).
El presidente Jair Bolsonaro, que lidera un gobierno de tendencia conservadora, no se pronunció al respecto.
La única referencia indirecta que realizó Bolsonaro es alabar los logros en el combate anticorrupción de su ministro de Justicia, Sergio Moro, el primer juez que condenó a Lula y que evitó su postulación presidencial.
El 31 de agosto de 2018, el Tribunal Superior Electoral (TSE) invalidó la candidatura de Lula da Silva para las presidenciales de octubre. El postulante sustituto de da Silva, Fernando Haddad, fue derrotado en la segunda vuelta de octubre por Bolsonaro.
El gobierno del actual mandatario de Brasil posee el más alto índice de desaprobación. Solo el 28% de los habitantes lo respaldan.
La condena
Lula se encontraba entre rejas desde el 7 de abril de 2018, cuando comenzó a cumplir una pena de ocho años y diez meses por corrupción tras ser condenado en segunda instancia.
Fue acusado de recibir a manera de soborno, un apartamento de playa de la constructora OAS a cambio de beneficios para la adjudicación de contratos con Petrobras.
“En razón de la condena no transitada en juicio y en que su encarcelamiento no está fundamentado en ninguna de las hipótesis previstas en el artículo 312 del Código Procesal Penal, se torna imperioso dar inmediato cumplimiento a la decisión emanada de la Suprema Corte”, puntualizó la petición del abogado defensor del exmandatario.
Lula da Silva solo dejó la cárcel dos veces: para declarar en un caso en que se lo acusó de corrupción y para asistir al velatorio de su nieto Arthur Lula da Silva, de siete años.
La repercusión de su libertad
La liberación de Lula tiene una repercusión política inmensa en un Brasil muy polarizado.
Según el editorial del Diario El País de España, al expresidente y colateralmente el Partido de los Trabajadores, es el asunto que más divide a sus compatriotas, se lo ama o se lo odia.
No deja a nadie indiferente. Numerosos seguidores del exmandatario hicieron vigilia desde que entró a prisión y todas las mañanas coreaban por su “libertad”.
En gesto de gratitud ante la vigilia de más de un año de sus adeptos fuera del penal, el exmandatario aseguró que tomaría unas copas con ellos por su solidaridad. (I)