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El Telégrafo
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En cuestión de horas serán bloqueadas las cuentas de la Generalitat catalana destinadas a pagar los sueldos de funcionarios.

Los socialistas apoyarán una posible suspensión de la autonomía en Cataluña

El presidente regional catalán, Carles Puigdemont (segundo desde la izq.) dirige una marcha de apoyo a los alcaldes pro-referéndum de Cataluña en Barcelona.
El presidente regional catalán, Carles Puigdemont (segundo desde la izq.) dirige una marcha de apoyo a los alcaldes pro-referéndum de Cataluña en Barcelona.
Foto: AFP
19 de septiembre de 2017 - 00:00 - Gorka Castillo. Corresponsal en Madrid

En un giro inesperado, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) anunció ayer que no cierra la puerta a apoyar la posible suspensión del autogobierno de Cataluña, una discutida herramienta jurídica que baraja activar el ejecutivo de Mariano Rajoy como último recurso para evitar el referéndum independentista convocado el 1 de octubre.

“El PSOE no se pronuncia sobre una medida que ni siquiera el gobierno tiene claro (…) Pero por encima de todo está en este momento la defensa del estado de derecho”, señaló el portavoz de la ejecutiva, Óscar Puente, que hace unos meses llegó a tildar ese precepto constitucional de “cruento”.

Este viraje de los socialistas, comunicado tras la reunión semanal de la dirección que preside Pedro Sánchez, supone un cambio radical en el posicionamiento de las fuerzas políticas estatales que hasta ahora lideraba Rajoy en solitario.

Aunque la posibilidad de dejar en suspenso la autonomía de Cataluña está contemplada en el artículo 155 de la Constitución española, el PSOE siempre ha advertido en privado que vetaría cualquier indicio del PP de ejecutarlo, al considerar que los daños que provocaría en la tormentosa relación territorial actual entre España y Cataluña serían colosales.

Sin embargo, ante los posicionamientos de los 2 ejecutivos, los socialistas ya no descartan que la única salida sea apoyar la suspensión del autogobierno. “No podemos levantar el veto de algo que nunca hemos vetado”, añadió ayer Puente.

Esta crisis de Estado, quizá la mayor que vive España desde el advenimiento de la democracia en 1976, también está abriendo grietas en el entendimiento entre el PSOE y Unidos Podemos para configurar una alternativa política a Mariano Rajoy. De hecho, también ayer, el líder de la formación de izquierda, Pablo Iglesias, anunció la convocatoria de una asamblea extraordinaria de diputados y alcaldes para reivindicar “el diálogo, la convivencia y la libertad de expresión”, en respuesta a lo que considera una deriva autoritaria del gobierno del PP en su gestión de la crisis catalana.

El veredicto del PSOE a esta iniciativa es tajante: “Un referéndum pactado no es un planteamiento realista”, aseguró ayer el portavoz socialista ya que de aceptarlo, tal y como lo defiende Unidos Podemos, podría implicar trocear la soberanía nacional de España. “¿Alguien cree que el PP estará dispuesto a trocear la soberanía nacional?”, se preguntaba ayer Óscar Puente. Por si alguien dudaba de la respuesta de los socialistas, el propio portavoz se encargó de esclarecerla al asegurar sin ambages que “el PSOE no va a trocear la soberanía nacional, creemos en una España unida”.

Una encuesta realizada en las últimas semanas, y convenientemente filtrada por los organizadores del plebiscito, daba cuenta ayer de que el 70% de los ciudadanos que viven en Cataluña se muestra a favor de la consulta. En ella caben tanto los que son favorables a la independencia como aquellos que votarían en contra de separarse de España.

Este tipo de percepciones no interesan excesivamente al gobierno del PP, más centrado en hacer cumplir la ley a toda costa.

El fin de semana fueron interceptadas por la Guardia Civil miles de boletas impresas para el referéndum y los jueces decidieron prohibir dos actos explicativos programados fuera de Cataluña.

Por si esto fuera poco, en cuestión de horas serán bloqueadas las cuentas que la Generalitat catalana destina a pagar los sueldos de miles de funcionarios, la sanidad, la educación y todos los servicios autonómicos.

Es el anteúltimo recurso para que los independentistas desistan en su desafío. El siguiente será la suspensión de la autonomía, una línea roja que nadie ha cruzado jamás en más de 40 años de democracia en España. (I)

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