El lodo tóxico de residuos de la minería a gran escala de la multinacional brasileña Vale y su socia anglo australiana BHP Billiton ha causado el peor desastre ambiental de los últimos tiempos en el Rio Doce, un curso de unos 800 kilómetros que fue devastado a raíz de la tragedia del pasado 6 de noviembre en Mariana, municipio del estado de Minas Gerais, en el sudeste del país.

La presidenta Dilma Rousseff determinó una multa inicial de unos $ 70 millones contra la empresa Samarco, controlada por Vale y BHP Billiton. Dos diques que contenían reservorios de desechos tóxicos del mineral de hierro que se extrae en la región cedieron y causaron un lento tsunami imparable de barro y desechos. El lodo tóxico bajó por el Rio Doce hacia el Atlántico y atravesó los estados de Minas Gerais y Espírito Santo.

“Recorrimos el Rio Doce y vimos la fauna perdida, peces muertos. Estoy fotografiando todo con los ojos llenos de lágrimas. Los camarones buscan escapar del lodo, es posible ver a los peces muriendo asfixiados”, dijo el ambientalista Leonardo Mercon, de la ONG Últimos Refugios.

Vale do Rio Doce se llamaba la empresa estatal brasileña de minería hasta que fue privatizada en la década del 90 por el presidente Fernando Henrique Cardoso y su ministro de Planificación, José Serra. La firma, la mayor exportadora y productora mundial de mineral de hierro, es una de las principales abastecedoras de las donaciones de campaña de los partidos políticos. Incluso la prensa comercial se ha cuidado de nombrar a la propietaria de la mina que causó el desastre. Vale es una de las empresas privadas que más mantiene a revistas, diarios y televisoras.

En la localidad Gobernador Valadares, Minas Gerais, vecinos y autoridades cerraron las vías que transportan hierro al puerto marítimo del estado vecino de Espírito Santo como protesta.

Las ciudades ribereñas de Rio Doce (Río Dulce) carecen de agua potable porque su captación fue prohibida a raíz de que poseen desechos minerales.

La presidenta Dilma Rousseff, nacida en Minas Gerais, sobrevoló el miércoles la región del desastre. “La responsable es una empresa privada, grande, Samarco, controlada por Vale y BHP Billiton. Deben ser responsabilizadas por varias cosas, como la atención a las comunidades y reconstruir la vida de cada afectado”. Siete personas murieron, entre ellas dos niños, mientras más de 20 están desaparecidas.

Equipos de defensa civil y bomberos asisten a más de 300 poblaciones ubicadas en la vera del Rio Doce: un curso de agua cristalina se transformó en un lodazal, con restos de casas, automóviles.

Minas Gerais es desde el siglo XVI el principal botín del lucro minero. Primero fueron los portugueses que extrajeron el oro de la región para enviarlo a Lisboa y el Vaticano, pero luego de que las piedras preciosas se agotaron, la explotación la domina el mineral de hierro, del cual la brasileña Vale es el primer productor y exportador mundial.

La minería brasileña se encuentra entre las seis mayores del mundo, comercializa para más de 50 países y colaboró con $ 252.000 millones que ingresaron al país en la última década.

Los empresarios del sector, así como sectores vinculados a las empresas que cruzan el arco político, reclaman que la fiscalización ambiental sea tercerizada a empresas especializadas y que la nueva ley deba garantizar más la llamada “seguridad jurídica”.

Las autoridades ambientales obligaron a la empresa Samarco que realice exámenes a la fauna del Rio Doce para determinar el tamaño de la contaminación causada por el rompimiento de sus diques. No había sirenas ni avisos en las poblaciones cercanas a las minas de hierro en el momento del ‘tsunami’ de lodo de esta región, una de las más ricas de Brasil. (I)

Rechazan intento de golpe de estado

Movimientos marchan en respaldo a Dilma

Grupos sociales, gremios y partidos políticos se movilizaron ayer en importantes ciudades brasileñas en defensa de la democracia, de Petrobras y contra la agenda conservadora que impone en el Congreso el líder de la Cámara, Eduardo Cunha.

Agrupados en el Frente Brasil Popular (FBP), los representantes de unos 70 movimientos populares, estudiantiles, de mujeres, de negros, intelectuales e indígenas marcharon para rechazar las amenazas de sectores de derecha de derrocar a la presidenta del país, Dilma Rousseff.

“Ante la arremetida conservadora, liderada por Cunha, que intenta reducir los derechos de los trabajadores y ataca los principios de la democracia con miras a deslegitimar a la jefa de Estado, salimos a las calles para exigir respeto y abortar cualquier tentativa golpista”, destacó la máxima autoridad de la Central Única de Trabajadores (CUT), Vagner Freitas.

El dirigente denunció que el líder de la Cámara de Diputados no tiene condiciones, ni moral para mantenerse en ese puesto, debido a su comprobada implicación en el escándalo de corrupción en Petrobras y por tener cuentas bancarias no declaradas en Suiza.

Freitas señaló que manifiestan igualmente su insatisfacción con la política económica del gobierno y aclaró que el país necesita un cambio de planes para generar nuevas inversiones, mayor oferta de créditos e impulsar el mercado interno. (I)