Madrid.-

Aulas masificadas, cientos de miles de niños sin ayudas para libros o comedor, universitarios motivados a dejar la carrera por el incremento de las matrículas: los recortes en la educación en España indignan a los estudiantes y a las familias asfixiadas por la crisis y el desempleo.

“Sin educación no hay futuro” sentenciaba ayer una pancarta durante una marcha convocada en Madrid, como en decenas de otras ciudades españolas, por el Sindicato de Estudiantes en el marco de una huelga de tres días que “ha dejado los institutos vacíos”, según su secretario general, Tohil Delgado.

Entre un 70% y 85% de los estudiantes de educación secundaria participaron, según los organizadores, en un paro que hoy culminará en una manifestación  junto con profesores y padres. “Si hemos luchado tanto para conseguir una educación pública de calidad, no es para que ahora la desmantelen”, dice Leonor Andrés, madre de familia de 50 años.

Con una hija de 14 años en secundaria y un hijo de 20 que estudia ingeniería siente con fuerza los ajustes. “La universidad me ha costado el doble: el año pasado pagué 1.200 euros y este año son 2.400”, afirma. “Además está la subida del IVA, que se ha notado en todo, la comida, el transporte”, agrega.

El 1 de septiembre el principal tipo del impuesto al valor añadido pasó de  18% a 21% y varios productos como el material escolar -exceptuando los libros de texto- pasaron del tipo superreducido del 4% al general.

Una medida que perjudica a las familias trabajadoras, denuncia Ana Medina, madre de dos muchachos de 13 y 15 años, para quien los recortes en educación agrandan el foso entre ricos y pobres en un país con cerca de un 25% de desempleados. “A muchas familias les han quitado las becas tanto de comedor como de libros”, agrega.

Según datos del Ministerio de Educación, en este período 344.260 alumnos se beneficiarán de las ayudas en lugar de los 923.895 que fueron subvencionados el año pasado, es decir una reducción de más de medio millón de niños.

Ante la eliminación de estas ayudas, cada vez más familias optan porque sus hijos lleven la comida, pero algunas regiones, como Madrid o Cataluña, propusieron cobrar por usar las instalaciones del comedor.

Otras, como Valencia, redujeron el servicio de transporte escolar limitándolo a los alumnos de primaria. “Esto me parece vergonzoso”, dice Medina, denunciando también la reducción del número de docentes en las escuelas públicas.

En el marco de unas draconianas medidas de lucha contra el déficit, el gasto público en educación se redujo en más de 1.000 millones de euros en 2012 respecto a 2011 y en el curso 2011-2012 hubo alrededor de 3.000 profesores menos de un total de 494.000, según el Ministerio de Educación.

La disminución de docentes se traduce en la masificación de las aulas y la imposibilidad de realizar actividades, como los experimentos en laboratorio, que requieren grupos reducidos.

Además de la masificación, los estudiantes universitarios denuncian el aumento en el valor de las matrículas y el endurecimiento de los criterios para obtener una beca, que ponen en peligro continuar los estudios.

“Han subido las tasas un montón, el año pasado la inscripción costaba 700 euros y este año 1.300”, afirma Laura Ruiz, estudiante de periodismo de 21 años. “Hasta ahora siempre he tenido derecho a beca, pero este año no es seguro que me la concedan y si no me la dan no podré estudiar”, dice. Agrega que su madre y hermano mayor están desempleados y a su hermano menor le recortaron las ayudas escolares de 600 a 300 euros.